Asuman se casó muy enamorada de su marido, pero el hecho de no poder darle un hijo ha acabado entristeciéndola demasiado. Los dos lo llevan intentando mucho tiempo, pero las posibilidades de tener uno disminuyen cada día más.

La mujer de Fuat vive ajena a la condición de mujeriego de su marido y su única preocupación es la de no quedarse embarazada. Su vida cambiará por completo cuando descubra que su esposo tiene una doble cara.

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