Pese a la amenaza de lluvia, se volvió a cumplir con la tradición y, como cada 14 de septiembre, Caravaca conmemoró el día de Exaltación de la Vera Cruz. Cientos de caravaqueños acudieron a la Basílica de la patrona de ciudad, donde tuvo lugar la celebración religiosa. Presidida por el obispo de la diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, este volvió a poner de manifiesto la importancia de la Cruz dentro del mundo cristiano y la acogida que supone el leño de cristo para los miles de peregrinos, que este año están llegando hasta la Ciudad Santa en la celebración de su Jubilar. El acto contó con la presencia del alcalde de Caravaca, José Francisco García, y del hermano mayor de la Cofradía, Luis Melgarejo, entre otras autoridades, como el consejero de Presidencia, Marcos Ortuño.
Tras la celebración religiosa, se realizó la procesión extramuros con la Sagrada Reliquia y la bendición de los campos y pedanías desde las almenas de la fortaleza. La Cruz pasó triunfal por la lonja del recinto amurallado, hasta su capilla. Allí permanecerá hasta el próximo dos de mayo, momento en el que iniciará un nuevo recorrido hacía el casco urbano.
La Basílica de Caravaca se llenó de fieles para el día de la Exaltación de la Vera Cruz / Enrique Soler
Unos actos que ponían fin al Quinario, que este año ha estado dedicado a las órdenes religiosas que han tenido presencia en Caravaca, a lo largo de la historia. Por la sagrada cátedra han pasado carmelitas, franciscanos y jesuitas, así como el responsable del Primer Anuncio de la Conferencia Episcopal Española.
Estas órdenes han llevado el símbolo de la Cruz por los cinco continentes estando muy presente especialmente en Suramérica. Muestra de ello es cómo santos de la iglesia portaron el símbolo a lo largo de toda su vida, como fue el caso de Fray Junípero Serra, cuyo relicario en el momento de su santificación era una Cruz de Caravaca, o Santa Teresa de Jesús, que la llevó en su hábito hasta el último día de su vida.
Las celebraciones comenzaron el pasado 8 de septiembre, con la misa para enfermos e impedidos, que estuvo presidida por Jesús Aguilar, director espiritual del Seminario Diocesano ‘San Fulgencio’ de Murcia, y cuya colecta irá integra a la Fundación Jesús Abandonado.