Gabriel Rufián prefiere mantenerse en silencio cada vez que le preguntan por la batalla interna en ERC. «Nuestra gente odia el ruido entorno a todo esto», dijo de pasada esta semana al salir del hemiciclo del Congreso. El portavoz del partido en la Cámara Baja hace lo posible por no echar leña al fugo en una disputa por el liderazgo de la formación que se tensa cada día más. No obstante, su puesto al frente del grupo parlamentario es uno de los que está en el aire y depende de la victoria de Oriol Junqueras. La principal candidatura rival, cercana a Marta Rovira, está impulsada, entre otros, por la portavoz adjunta en el Congreso, Teresa Jordà. La consulta a la militancia del 30 de noviembre dirimirá quién se hace con las riendas del partido en Madrid.
Tras haber crecido en el Congreso al amparo de la figura de Joan Tardà, Rufián lleva ejerciendo desde 2019 como portavoz parlamentario de ERC. Además, su cercanía con Junqueras es indiscutible. Antes de las elecciones generales de 2023, fue el ahora candidato a la presidencia de ERC quien respaldó a Rufián para repetir como cabeza de lista. Y este último ha dado buenas pruebas de su lealtad a Junqueras tras la decisión de pelear por el liderazgo de la formación.
Además, Rufián fue señalado internamente tras el descalabro de ERC en las elecciones catalanas del pasado mayo. Un sector del partido vinculó la sangría de votos a la estrategia de pactos con el Gobierno de Pedro Sánchez y un intento por ensanchar la base apelando al electorado de izquierdas ante un Junts que elevó el tono con el Ejecutivo central. Parte de la responsabilidad de esta táctica recalló sobre Rufián, la cara visible en Madrid, al punto de que se habló sobre su posible relevo. El también concejal de Santa Coloma de Gramanet bromea habitualmente sobre la cantidad de veces que se ha dicho que su puesto ha estado en juego.
La alternativa
Sin embargo, las dinámicas en este caso son diferentes. El 30 de noviembre, la militancia de ERC deberá elegir a la nueva dirección del partido. Frente a la candidatura de Junqueras se ha presentado ‘Nova Esquerra Nacional‘, una lista cercana a la exsecretaria general Marta Rovira y que, por el momento, no cuenta con un liderazgo definido. Aun así, el día de la presentación, hubo cuatro personas que tomaron la palabra: el alcalde de Manresa, Marc Aloy; la exdiputada en el Parlament Alba Camps; el exalcalde de Vilassar de Dalt Xavier Godàs, y la actual coportavoz en el Congreso, Teresa Jordà.
«Oriol Junqueras ha presidido el partido los últimos 13 años al lado de Marta Rovira y constatamos que este ciclo político ha acabado«, aseguró la propia Jordà en la presentación de la candidatura, a finales de agosto. Unas palabras que dejan claro que su hipotética victoria conllevaría una remodelación de las dinámicas del partido y, por ende, de quienes la ejecutan. En la misma presentación se habló también de buscar «aire fresco» y de «renovar» la estrategia de la formación.
Dinámicas parlamentarias
La derrota de Junqueras podría significar, por tanto, el desplazamiento de Rufián para dejar paso a Jordà, que llegó nueva al Congreso al comienzo de esta legislatura. La duda es qué haría entonces el ahora portavoz. Fuentes de su entorno aseguran que «el día que no esté cómodo con lo que defiende su partido se irá«, pero que, por el momento, prefiere «no especular sobre ello». Además, explican que su intención es trabajar con todo el mundo. De la misma forma, desde la candidatura «Nova Esquerra Nacional» defendieron que «no sobra nadie«.
Por el momento, y hasta que se celebre el congreso de ERC, el grupo parlamentario, dividido entre ‘junqueristas’ y los que apoyan a Jordà, deberá seguir funcionando y con un cometido clave: controlar que el Gobierno impulsa en la Cámara Baja las reformas necesarias para hacer realidad la financiación singular catalana que pactaron PSC y ERC para investir a Salvador Illa. Después del 30 de noviembre, todo puede cambiar.