Miles de manifestantes mostraron este sábado en París su apoyo a Gisèle Pelicot, la mujer a la que su marido drogó durante años para que fuese violada por decenas de desconocidos, y pusieron a España como ejemplo en la lucha de la violencia machista, evocando casos como el de la Manada (2016).
Cuando se cumplen 10 días del mediático juicio en Aviñón contra el marido de Gisèle, Dominique Pelicot, y otros 51 hombres acusados de participar en las violaciones, al menos 2.000 personas denunciaron el laxismo de la Justicia y la ineficacia de la Policía a la hora de condenar e investigar los casos de violación contra las mujeres.
«Vamos a hacer que este proceso [Gisèle Pélicot] sea histórico, porque no pasa un día sin que una mujer me escriba diciéndome: ‘Yo soy Gisèle Pélicot’. Lucharemos contra la impunidad y la cultura de la violación, porque más del 90% de las denuncias por violación no se admiten a trámite, la mayoría ni siquiera se investigan», sostuvo Anne-Cécile Mailfert, de la asociación Fondation Femmes.
«Violador, te vemos; víctima, te creemos», fue uno de los eslóganes más coreados por participantes en la protesta, en la que había un buen número de hombres. «Veo a muchos de vosotros y me alegro, porque tenéis un papel muy importante, tenéis que decir a vuestros pares: parad de violar», agregó Mailfert.
Consignas contra «la cultura patriarcal» que, según denuncian, impregna el sistema policial y judicial destacaron en la protesta.
«Nos dicen que tenemos que respetar a la Justicia, pero ¡la Justicia no respeta a las mujeres! Solo el 0,5% de las violaciones desembocan en una condena», aseveró la activista, desde el pedestal de la estatua que encarna a la República francesa.
Otras figuras de la sociedad civil intervinieron en la manifestación, entre ellas la periodista franco-italiana Giulia Fois, quien mencionó el caso de la Manada, en la que cinco hombres violaron a una joven durante las fiestas de San Fermín en Pamplona (España) en 2016.
Fois recordó la movilización de las españolas después de que dos tribunales españoles condenasen a los cinco jóvenes por abuso sexual y no por violación, que hubiera supuesto una condena más grave. Tras la presión social, la sentencia inicial fue enmendada por el Tribunal Supremo, que elevó las infracciones a violación.
«En España han puesto la primera piedra», proclamó la activista. Las líderes de la manifestación también censuraron las palabras del presidente del Tribunal Criminal de Vaucluse del juicio contra el marido de Pélicot y otros 50 hombres, quien prefirió hablar de «escenas de sexo» que de «violación», en el inicio de un proceso que se alargará meses.
Los investigadores hallaron vídeos de Gisèle grabados por su propio marido en los que se veía a la mujer sufrir las agresiones sexuales por parte de desconocidos inconsciente por culpa de los potentes medicamentos que ingería sin saberlo.