El pasado mes de febrero, la diferencia entre el límite salarial del Real Madrid y el del Barcelona era descomunal. Mientras los blancos tenían un tope de gasto en salarios y amortizaciones de 727 millones de euros, los azulgrana solo podían alcanzar los 205. Una diferencia de más de 500 millones de euros que, en la práctica, no era real, ya que el Barça lleva desde la pandemia excedido en su límite salarial, pero que evidenciaba el diferente músculo económico de los dos grandes del fútbol español.

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