El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha lanzado este jueves una seria advertencia a la OTAN sobre la autorización a Ucrania del uso de sus misiles de largo alcance para atacar objetivos en territorio ruso y ha subrayado que «cambiaría significativa la naturaleza misma del conflicto». «No significará otra cosa que la participación directa de los países de la OTAN, de EEUU y de los países europeos en la guerra en Ucrania» y, por ende, «eso significará que (…) combaten contra Rusia«, ha manifestado el líder del Kremlin durante una intervención en la televisión pública.
Desde Rusia se siguen atentamente las decisiones de los países occidentales sobre el uso de su armamento. El ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha explicitado este mismo jueves su preocupación y ha apuntado que la guerra, tal y como se está llevando a cabo, no habría sido posible «sin el suministro en enormes cantidades de armas, municiones, equipos militares occidentales». También ha remarcado que según él Occidente ya levantó el veto a atacar territorio ruso con su armamento pero «ahora (los líderes occidentales) intentan hacerlo más bonito, más decente, más elegante en el espacio público».
El primero de los países que este mes de septiembre autorizó a Ucrania a atacar posiciones dentro de Rusia fue Países Bajos. Ámsterdam permitió el pasado martes que su armamento se usara en territorio ruso, incluidos los cazas de combate F-16, según declaró el ministro de Defensa neerlandés, Rubén Brekelmans. Y el Reino Unido podría levantar el veto al Gobierno de Volodímir Zelenski a utilizar los misiles Storm Shadow para atacar posiciones rusas. Según el diario The Guardian, que cita a fuentes del Ejecutivo británico, el Gabinete de Keir Starmer ya ha dado su visto bueno, aunque no está previsto que se haga público por el momento.
Misiles balísticos iraníes
El primer ministro ucraniano, Denis Shmigal, publicó en su cuenta de Facebook que su país estaba «esperando permiso de Reino Unido para atacar con armas de largo alcance objetivos militares en territorio enemigo». El post se publicó justo después de la visita a Kiev de este miércoles del ministro de Exteriores británico, David Lammy, y el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken.
Por su parte el representante estadounidense pareció insinuar que el permiso estadounidense a usar su armamento contra objetivos en territorio ruso está al caer al argumentar que el envío de misiles balísticos iraníes a Rusia esta semana ya es «una escalada importante y peligrosa», y a su vez pidió a China a no unirse al «grupo de renegados» en el que incluye a la propia Rusia, Corea del Norte e Irán. La visita conjunta de ambos dirigentes a Kiev sirvió, además, para que anunciaran nuevas partidas de asistencia a Ucrania, 710 millones de euros de Londres y partidas por valor de 650 millones de euros desde Washington.
Ucrania lleva tiempo pidiendo poder golpear instalaciones estratégicas en suelo ruso, como es el caso de aérodromos y centros de mando. El mismo Zelenski criticó las limitaciones al uso de armamento occidental, señaló en el pasado que esto estaba permitiendo al Kremlin «cazar ucranianos«. «Debemos responder. No entienden nada más que la fuerza», declaró más recientemente el líder ucraniano.
Este viernes, el presidente de EEUU, Joe Biden, se reunirá con el primer ministro británico, Keir Starmer, en la Casa Blanca, con la guerra en Ucrania como uno de los temas de la agenda.