Por la mañana de ayer, segundo día del pleno, había amainado el chaparrón de ataques y descalificaciones del Gobierno central y el PSOE contra el acuerdo sobre la redistribución de menores cerrado entre el PP y el Gobierno autonómico. Entre otras enormidades, por ejemplo, el ministro Ángel Víctor Torres había proclamado que Coalición Canaria estaba comprándole ultraderechismo al PP. ¿Qué contenido ultraderechista puede detectarse en el texto del acuerdo? Más bien ninguno, pero todo eso da más o menos igual. Lo importante (para el PSOE) es seguir expandiendo tinta de calamar y reconstruyendo día a día el relato, hasta llegar al absurdo: solo los socialistas quieren redistribuir y cuidar amorosamente a los menores y el PP es quien lo impide y como Fernando Clavijo milita en el PP prefiere seguir gestionando a casi 6.000 menores de edad y pagándolo todo. En cierto sentido es admirable la jerola granítica que se gasta esta gente. Claro que en otro sentido dan vergüenza ajena, simplemente. Por supuesto, nadie del grupo parlamentario socialista en el Congreso, nadie de la Secretaria de Organización del PSOE, nadie del Palacio de La Moncloa, llamó ayer al Gobierno autonómico. A eso lo llaman los socialistas «seguir negociando». Lo único que ha trascendido es que la ministra de Infancia y Juventud, convocará «en breve» a la Conferencia Sectorial para explicar su plan sobre los recursos de acogida autonómicos. Puede ser mañana. O el próximo mes. O al cabo de mes y medio. Las cosas de palacio van despacio.
Mientras tanto, aquí abajo, el vicepresidente y consejero de Economía Manuel Domínguez comparecía para hablar del informe del Consejo Económico y Social de Canarias 2023, a petición del grupo socialista. Con su habitual expresión de hartazgo su señoría Tamara Raya explicó brevemente que Domínguez no hacía nada y luego habló de los increíbles crecimientos del PIB en 2021, 2022 y 2023, bajo el gobierno del ‘pacto de las flores’. Cuando Domínguez le explicó que en ese trienio (y en particular durante los dos primeros años) se estaba simplemente produciendo un rebote, porque en 2020, a consecuencia del covid, la producción de bienes y servicios había caído vertiginosamente en Camarias, la señora Raya se quedó del mismo lado. La actitud de la señora Raya es invariable. Sube a la tribuna admitiendo pacientemente que el Gobierno de Canarias está integrado por orcos ultraderechistas, pero también con la esperanza de que la pesadilla termine de una vez, despierte al fin y vea al frente del Ejecutivo de nuevo la sonrisa luminosa de Ángel Víctor Torres, también conocido como Torres el Blanco, acompañado por Aragorn en la Consejería de Hacienda, la elfa Noemí y el enano Casimiro. Pero este tormento no termina. Para demostrarlo Domínguez le mencionó las cifras del crecimiento del PIB y de la creación de empleo. El vicepresidente no podría hacer esto con el PIB per cápita, por ejemplo, pero eso son complejidades muy enojosas para su señoría.
Después las proposiciones no de ley. Vox presentó una «para hacer frente a la llegada masiva de inmigrantes ilegales a Canarias». Vox se refería, naturalmente, a los negros, que como nadie ignora están reconcomidos por los instintos asesinos, lo que no ocurre con las decenas y decenas de miles de alemanes, británicos, italianos o rumanos que se han residenciado en el archipiélago y han bajado de un avión, no de un cayuco. Como siempre en estos casos, Nicasio Galván expresó su inmenso dolor por los migrantes (negros) que encuentran la muerte en el mar. Toda esa gente, ¿no podría morirse tranquilamente en su casa por el hambre, la sequía o un balazo en una guerra civil? Todos los grupos los trataron de fascistas, votaron en contra y se acabó esta pequeña y estúpida patochada.
El seguidismo de NC hacia el PSOE es sorprendente. ¿Cómo creen Luis Campos y sus compañeros que se lo agradecerán los socialistas?
También se votó favorablemente una PNL de CC sobre una declaración general de protección temporal y urgente para ciudadanos venezolanos desplazados de su territorio que debería articular el Gobierno central y que expuso Socorro Beato, otra sobre la declaración del parque marino nacional en la isla de El Hierro, una nadería presentada por el señor Pérez del Pino, diputado socialista, para mejorar la sanidad pública canaria, una ocurrencia similar pero más congruente para mejorar las políticas sociales presentada por Elena Máñez y, como era previsible, una PNL del Partido Popular sobre el sistema de financiación autonómica y el germinal ‘cupo catalán’.
Tal vez el PP debería defender ese tipo de proposiciones a un economista y no a un doctrinario como el señor García Casañas, que emplea hasta los puntos y comas del texto para denostar a Pedro Sánchez. Todos los grupos expresaron su desconfianza sobre la reforma de la financiación catalana negociada entre el Gobierno central y ERC (en este asunto al PSOE no le molesta que se negocie algo tan delicado como la financiación autonómica de Cataluña entre un Ejecutivo y un partido, como ocurre con el acuerdo sellado entre Núñez Feijóo y el Gobierno canario). Todos excepto Nueva Canarias y el PSOE. Lo de NC es sorprendente. No, no le molesta que Sánchez negocie con ERC la financiación catalana, ¿acaso no demandan siempre negociar bilateralmente desde Canarias con el Gobierno central? José Miguel Barragán. Portavoz coalicionero, le precisó que esa negociación no cambia las reglas que estructuran el sistema de financiación autonómica, y los acuerdos entre Sánchez y Esquerra, sí, y afectan a todas las comunidades. El seguidismo de NC hacia el PSOE es realmente sorprendente. ¿Cómo creen Luis Campos y sus compañeros que se lo agradecerán los socialistas? ¿Con pastillas de menta o una suscripción a la revista Sistema? Lo peor, con todo, fue la intervención de Sebastián Franquis, furibundo y faltón, desagallado e iracundo, temblando incluso en algún que otro momento, y sobre todo, disparatando sin filtro. ¿A qué viene discutir esto en el Parlamento de Canarias? ¿Por qué esta pérdida de tiempo? ¿Por qué no presenta usted esta PNL en el Parlamento de Cataluña? ¡Seguro que la están presentando en todas las comunidades autónomas! Y con el ceño fruncido le espetó a un más bien complacido García Casañas:
–A usted le interesa un carajo la financiación autonómica.
Lo más curioso de este incidente es que al señor Franquis, al que generalmente no se le entiende demasiado, se le entendió perfectamente la frase. Mira que si nos tiene engañados a todos, diputados, prensa, técnicos, ujieres. Mira que si habla, precisamente, para que nadie le entienda nada, y cuando se le calienta la boca, en cambio, resulta plena y cochambrosamente comprensible. Ese carajo de Franquis debe ser analizado. Ese carajo tiene gran interés. El carajo de Franquis también merece una PNL, con o sin enmiendas.
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