La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha advertido que el crecimiento de la demanda mundial de petróleo se está «desacelerando drásticamente» y avanza al ritmo más lento desde la pandemia.

De hecho, en su boletín mensual de septiembre, recoge que el consumo global ha aumentado en 800.000 barriles diarios en el primer semestre del año, apenas un tercio de la expansión en el mismo periodo de 2023. Es la tasa más baja desde que la demanda de crudo se desplomó durante el Covid-19, en 2020.

El principal impulsor de esta ralentización es la rápida desaceleración de China, donde el consumo se contrajo por cuarto mes consecutivo en julio, en 280.000 barriles al día.

«La rápida caída de la demanda mundial de petróleo en los últimos meses, liderada por China, ha provocado una fuerte ola de ventas en los mercados petroleros. Los futuros del petróleo Brent se han desplomado desde un máximo de más de 82 dólares por barril a principios de agosto hasta un mínimo de casi tres años de poco menos de 70 dólares por barril el 11 de septiembre, a pesar de las fuertes pérdidas de suministro en Libia y las continuas reducciones de los inventarios de crudo», ha explicado la AIE.

Los datos mensuales publicados que cubren el 80% de la demanda mundial de petróleo durante la primera mitad del año confirman la «pronunciada disminución» de la tasa de crecimiento del consumo de crudo. Asimismo, la agencia prevé que, en el conjunto de 2024, la demanda mundial de petróleo aumente en 900.000 barriles diarios en 2024 y 950.000 barriles por día en 2025.

La AIE también ha detallado que el aumento de las ventas de vehículos eléctricos está reduciendo la demanda de combustible para carreteras, mientras que el desarrollo de una vasta red ferroviaria nacional de alta velocidad está restringiendo el crecimiento de los viajes aéreos nacionales.

«Las implicaciones del cambio fundamental en las perspectivas económicas chinas y los rápidos cambios en su flota de vehículos y modos de transporte se analizan en detalle en nuestros recientes informes Oil 2024 y World Energy Outlook 2023″, ha enfatizado.

Fuera de China, el crecimiento de la demanda de petróleo es, en el mejor de los casos, tibio. Los últimos datos de Estados Unidos muestran una marcada caída de las entregas de gasolina en junio, tras una fortaleza inesperada en mayo.

En este sentido, los vientos en contra estructurales y el crecimiento económico anémico significan que las entregas siguen contrayéndose en varias economías avanzadas. Esto podría dejar el uso de petróleo de las economías avanzadas este año casi 2 millones de barriles diarios por debajo de su nivel anterior a la pandemia.

«Con el aparente agotamiento del impulso del crecimiento de la demanda de petróleo china, y solo modestos aumentos o descensos en la mayoría de los demás países, las tendencias actuales refuerzan nuestra expectativa de que la demanda mundial se estabilizará a fines de esta década«, ha indicado la agencia.

Así, la AIE ha subrayado que, en un «aparente esfuerzo» por detener la caída precipitada de los precios del petróleo, a principios de septiembre Arabia Saudí y sus aliados de la OPEP+ anunciaron que pospondrían dos meses el inicio de su plan de desmantelamiento de los recortes voluntarios adicionales de producción.

«La demora le da a la alianza algo de tiempo para evaluar más a fondo las perspectivas de demanda para el próximo año, así como el impacto de las interrupciones en Libia y su plan de eliminar gradualmente los recortes adicionales de 2,2 mb/d para fines del próximo año», ha valroado.

Pero como la oferta de países no pertenecientes a la OPEP+ aumenta más rápido que la demanda general (salvo que haya un estancamiento prolongado en Libia), la OPEP+ puede estar ante un superávit sustancial, incluso si sus restricciones adicionales se mantuvieran en su lugar.

«En el contexto de un mercado en rápida evolución, los datos energéticos confiables y el análisis imparcial del mercado serán más importantes que nunca», ha concluido la AIE.

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