Mientras el presidente del Gobierno viajaba a China, el PP ha desplegado esta semana una ofensiva política centrada en la inmigración, convencido de que Europa sigue tomando medidas y en España -a pesar de ser el país más golpeado en este momento por las entradas irregulares- Pedro Sánchez sigue sin dar pasos adelante. En Génova consideran que hay “un vacío” y una “ausencia de liderazgo» en el que es el principal debate en todo el continente. Y cree, además, que ha dejado a Vox “fuera de juego”.
Alberto Núñez Feijóo terminará la semana con un viaje a Grecia -se desplaza este jueves- para verse el viernes por la mañana con el primer ministro, Kyriákos Mitsotákis. También tendrá otro encuentro bilateral con el nuevo titular de Migración y Asilo, Nikos Panagiotopoulos, que entró en el Ejecutivo heleno tras la remodelación de este verano. En la dirección nacional ponen en valor estos encuentros del Gobierno griego con un líder de la oposición, y reprochan que Feijóo “está haciendo el trabajo” que le corresponde hacer a Sánchez.
Desde el pasado mes de julio el líder del PP intenta trasladar a Europa la situación crítica de Canarias -ya lo advirtió en una reunión de su familia europea en presencia de Ursula von der Leyen-. La visita a Grecia está pensada para importar el modelo de lucha contra la inmigración ilegal de ese país, que sumado al de la Italia de Giorgia Meloni, el PP tiene en estos momentos como principal referencia.
Los datos oficiales sitúan a España a la cabeza de las entradas irregulares -en agosto las cifras de Interior apuntaban ya a un 66% más que el año pasado- especialmente por la ruta canaria que no ha hecho más que crecer este verano. El principal país emisor es Mauritania, donde llegan ciudadanos de varios países subsaharianos como Malí o Senegal. La situación tan complicada en todo el Sahel anticipa que el escenario empeorará. En Grecia los datos no son mucho mejores, pero las políticas puestas en marcha, según su Gobierno, darán frutos pronto.
El PP considera esencial también una unión entre los países del sur -los más afectados por ser frontera- para exigir a toda la Unión que se involucre de forma definitiva. “Necesitamos una respuesta integral ante un desafío compartido”, insisten. Los conservadores reprochan que, precisamente, Italia y Grecia consiguieron en el pasado una atención de la Comisión Europea que España no está peleando lo suficiente.
Sánchez hizo una gira por tres países de África -incluido Mauritania- a finales de agosto. A pesar de los distintos anuncios también habló por primera vez de deportaciones para cortar el flujo migratorio en los países de origen.
Esas declaraciones hicieron pensar al PP que había puntos en común para retomar el acuerdo migratorio que el Congreso tumbó en julio sobre la reforma de la Ley de Extranjería que impulsó el Gobierno. Los populares votaron en contra porque no veían garantías financieras para sus comunidades en la acogida de migrantes, especialmente de los menores. Y porque tampoco veían incluidas sus exigencias más prioritarias. Las tornas han cambiado y ahora es Feijóo quien ha cerrado un plan migratorio concreto con Coalición Canaria.
Endurecimiento de la agenda
El martes el líder del PP viajó a las islas para rubricar con su firma el nuevo documento. En él se incluyen requisitos esenciales para los populares como declarar la situación de emergencia migratoria nacional -algo que ven indispensable para que la UE se implique del todo-, la creación de fondos concretos para financiar la acogida de los menores hasta su emancipación, recursos del Estado en las autonomías, y otras cuestiones que forman parte de un endurecimiento en la agenda de políticas como asegurar que los menores migrantes no tienen la mayoría de edad. Una propuesta de Vox que también ha implementado Meloni en el país transalpino con pruebas médicas concretas.
Fuentes de la dirección nacional no esconden que hay un endurecimiento en sus propuestas, muchas de ellas ya coincidentes con el partido de Santiago Abascal, que ha visto desdibujada su principal bandera. Justamente por eso amenaza al PP en las autonomías que antes compartían y promete no aprobar Presupuestos o leyes si los presidentes no se plantan en cuestiones migratorias como seguir aceptando el reparto de los menores. Está por ver hasta dónde llega el órdago de Vox, pero el PP ya ha asumido parte de su agenda.
En Génova insisten en que ese endurecimiento se está produciendo en toda Europa. Esta misma semana Alemania, con un gobierno socialdemócrata, ha instaurado nuevos controles fronterizos mucho más rígidos que están generando un fuerte debate. “El que se queda solo es Sánchez”, repiten en el entorno de Feijóo.
En el PP insisten además que todos los estudios cualitativos que hacen sus equipos demoscópicos apuntan a que la preocupación social por la inmigración irregular y sus consecuencias va en aumento. Y afirman que se trata de una sensación transversal que afecta a todas las ideologías. Consideran -también así lo piensa Vox- que se anticipa un tiempo en el que la inmigración va a seguir copando mucho protagonismo en los debates políticos y sociales, a nivel europeo y nacional.
Aunque en Génova dan por hecho que el Gobierno “tiene que afrontar” la situación de una vez por todas y que su acuerdo con Coalición Canaria le mete presión, el ministro Ángel Víctor Torres marcó distancias este miércoles en el Congreso, considerando que el documento pactado entre PP y los nacionalistas canarios está plagado “de trampas” y alejando un posible acuerdo.