La mayor amenaza de los desiertos no es la sequía, sino las inundaciones a gran escala, según concluye un nuevo estudio. Los científicos revelaron que las áreas áridas enfrentan una alarmante vulnerabilidad debido a la creciente frecuencia de eventos climáticos extremos, relacionados con el cambio climático. Esto se debe a que las áreas desérticas cercanas a las costas no están habituadas a grandes lluvias ni poseen la infraestructura necesaria para soportar eventos tan intensos.

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