El virus H5N1 está aniquilando a las aves de todo el mundo desde el año 2020 y, en este tiempo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha detectado un total de 35 casos en humanos. No se consideran muchos, ni tampoco parece que el virus sea capaz de saltar de un humano a otro, pero los científicos están preocupados porque cada vez se detecta con más frecuencia en espacios donde transitan personas. Estos expertos están especialmente pendientes del avance del virus en Estados Unidos y temen que se adapte al humano, como pasó con el virus de la covid en China en 2019. 

A principios del pasado mes de abril el país norteamericano informaba de que el virus había sido detectado por primera vez en vacas lecheras de granjas de Texas, Kansas y Michigan. En apenas cinco meses, el número de manadas de vacas lecheras afectadas en este país asciende a 196 y son 14 estados los que han detectado brotes de la enfermedad en sus granjas. Así ha sido registrado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

Los CDC también han contado un total de 15 casos de la infección en humanos en este país: diez de ellos se contagiaron por el contacto con aves de corral, cuatro a través de vacas lecheras y uno que todavía sigue siendo un misterio. Las autoridades sanitarias del estado de Missouri dieron a conocer este fin de semana el caso de una persona contagiada con un virus del grupo H5. Si bien este virus suele ocasionar sintomatología leve en los humanos, esta persona tuvo que ser ingresada por tener patologías previas.

‘Wet markets’

De todas formas, el paciente se recuperó poco tiempo después de recibir antivirales. Sin embargo, el caso ha despertado el temor de que este contagio se pueda haber producido por una mutación en el virus porque, mientras que en otros casos el contagio se ha relacionado con el contacto con un animal infectado, en este caso no se ha podido trazar tal conexión. Cuantas más veces salte un virus de un organismo a otro y de una especie a otra, más probabilidades existen de que mute y que se adapte a las que no había infectado antes.

Por esta razón, la ciudad de Nueva York ha recuperado la preocupación por sus wet markets (mercados húmedos, en español). Se trata de espacios que contienen animales vivos —en su mayoría, pollos, patos y codornices— en los que los clientes pueden elegir uno para que se lo sacrifiquen ahí mismo y llevar su carne fresca a casa. Según The New York Times, existen unos 70 en toda la ciudad y se encuentran muy cerca de zonas residenciales. El contacto entre aves y personas en estos lugares puede ser muy estrecho.

Estos mercados pueden recordar al de Wuhan, en China, donde se dice que el virus de la covid se adaptó y saltó al ser humano. Si bien cuentan con varias diferencias, como una regulación sanitaria más estricta y el hecho de que no cuentan con animales exóticos, tanto expertos como ciudadanos han mostrado su preocupación por el potencial riesgo que suponen. Sin embargo, el debate continúa frente a quienes consideran que eliminarlos destruiría empleo y sería un ataque a la diversidad cultural de la ciudad. Respecto a esta última idea, uno de los objetivos de estos mercados es proveer carne para grupos religiosos.

Explosión de casos

Por su carácter cultural, estos mercados también atraen a turistas internacionales. «Algunos de los mercados de animales de la ciudad ya han experimentado brotes de gripe aviar y los operarios han tenido que matar a cientos de aves. Los inspectores del estado de Nueva York cerraron siete establecimientos que fueron afectados por la gripe aviar en 2022 y en 2023 durante cinco días de media, pero les permitieron reabrir después de limpiarlos y desinfectarlos», explica el artículo de The New York Times

La Universidad de Harvard ha estudiado los mercados de animales vivos de 15 países del mundo y han incluido los de Estados Unidos. Ann Linder, que es la directora asociada del Programa de Derecho y Políticas Animales de Harvard, explica que el estudio concluye que estos mercados son «una amenaza seria a la seguridad sanitaria de todo el planeta y que sus regulaciones no son proporcionales al riesgo que suponen». De hecho, la experta opina que este riesgo está siendo infravalorado.

«Desde el mes de abril, el virus de la gripe aviar H5N1 ha impactado en 35 bandadas de aves con fines comerciales y 20 que se crían en los hogares, contribuyendo a las muertes de cerca de 19 millones de aves en Estados Unidos. A finales de febrero, el estado de Nueva York había identificado 27 bandadas con gripe aviar, lo que afectó a cerca de 26.000 pájaros», destaca The New York Times. Al encontrarse las aves normalmente hacinadas en estos mercados urbanos el riesgo de que el virus pase de unas a otras es alto y también que un ser humano pueda recibirlo.

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