La vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris / EP

La pregunta a las tres de la madrugada era «¿estamos aquí por Harris o por Trump?» No se avergüencen de confesar que el morbo residía en los coletazos inesperados del Donosaurio, porque el resultado no dependía del planteamiento inicial, sino del protagonismo final del debate. Este título le corresponde a la candidata Demócrata de rebote, pese a que su debilidad intrínseca la hubiera arrasado en unas primarias. Quienes alberguen dudas al respecto, pueden comparar sus intervenciones de ayer con los discursos impresionantes de los Clinton o los Obama en la Convención.

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