Luto en la hostelería gijonesa y asturiana. Miguel García Fernández, el fundador de la hamburguesería Mike’s, falleció hoy a los 72 años a causa de una larga enfermedad. «Fue un grandísimo profesional, un hostelero que fue visionario cuando fundó las hamburgueserías Mike’s antes de que llegaran las grandes cadenas a nuestra ciudad. Se va alguien que deja huella por lo avanzado que fue y por la buenísima persona que era», destaca el presidente local de la patronal hostelera, Otea, Ángel Lorenzo. «Solo tenía amigos. Le echaremos mucho de menos», añade.
Antes de crear Mike’s, García empezó a finales de los años 70 con la hamburguesería Pipols en la calle Palacio Valdés. Tras aquella etapa, García fundó Mike’s en 1982. Sus comienzos fueron siendo una hamburguesería en La Arena. Fue en ese barrio donde García vivió desde los 7 años. «Montó allí el negocio porque estaba en auge en aquella época. Era donde iba a vivir la gente joven», desvela su hijo, Eduardo García, quien se muestra orgulloso al señalar que su padre llegó a contar con seis establecimientos en distintos barrios de Gijón, otros dos en Mieres y La Felguera, y otros dos en Oviedo. «Supo introducir el concepto de franquicia a principio de los 90. De aquella, era un poco raro esto», subraya Eduardo García, que pone el foco en que «su peculiaridad es que siempre estuvo un paso por delante de su tiempo».
Asimismo, Miguel García Fernández no tardó en conseguir que Mike’s se convirtiera en un mítico negocio que nunca faltaba en eventos como el Hípico o en El Molinón, el estadio en el que durante dos décadas contó con la concesión de la zona de hostelería. «Llevó muchas temporadas las cantinas de El Molinón, de la plaza de toros, del Hípico…», recuerda Lorenzo, quien coincidió con García en la directiva de la Asociación de Hosteleros en la década de 1990, cuando estuvo Arturo Muñiz al frente como presidente. Además de los eventos ya nombrados, este vecino del barrio de La Arena llevó las riendas de la hostelería del Carlos Tartiere y del Palacio de los Deportes gijonés desde que se construyó y hasta hace dos años.
En la actualidad, este negocio familiar mantiene la actividad en su local situado frente al parque de Cocheras y otro local en la calle Ramón Areces de Montevil. Desde hace unos años, los encargados de seguir la estela de García fueron sus hijos, Alfredo y Eduardo, de 48 y 44 años, respectivamente. Ellos han decidido seguir apostando por el método de trabajo con el que triunfó su padre y, además, ciuentan con una agencia de diseño industrial. Sus hijos le definen como una persona «inteligente». «Siempre ha tenido un altísimo nivel de inteligencia emocional», resalta Eduardo García, que subraya que «siempre vivía a su manera, como la canción». «Le encajaba perfectamente. Era uno de los personajes del barrio de La Arena, que era donde hacía vida todos los días de su vida aunque viviera en Somió», dice.
Más allá de su capacidad como hostelero, ensalzan que «sabía reir, llorar, abrazar, disfrutar, ser amigo de amigos, padre y abuelo». «Era una persona completa. Siempre podíamos contar con él», agrega.
Miguel García Fernández, quien se jubiló hace alrededor de una década, deja esposa, Isabel Robles; dos hijos, Alfredo y Eduardo; dos nietos de 5 años, Manuel y Alejandro, y demás familia. «Desde que nacieron sus nietos no había otro motivo de vida que estar con ellos. Le encantaba pasar tiempo con Manuel y Alejandro», destacan sus hijos.
La capilla ardiente de Miguel García Fernández se encuentra en el tanatorio de Cabueñes. El funeral tendrá lugar este jueves, a las 18.00 horas, en la iglesia del Corazón de María.
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