Durante cuatro años realizó miles de compras por internet usando 1.400 tarjetas bancarias, 1.200 perfiles distintos, con sus respectivas contraseñas, y valiéndose para ello de 396 tarjetas telefónicas prepago a nombre de 296 identidades reales que suplantó. Este valenciano de 53 años, hijo y hermano de catedráticos de Derecho, llegó a estafar mediante un triple filtro de seguridad para dificultar que la policía llegara hasta él, cerca de millón y medio de euros con compras que van desde móviles de alta gama de 2.000 euros, hasta productos de higiene personal como pasta de dientes o tinte para el pelo, e incluso comida –chipirones y berberechos–.

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