Rafa Mir puede recibir una sanción entre el 4,01% y el 25% mensual de su sueldo (por tramos), en virtud de una falta «grave o muy grave» contemplada en los artículos 5 y 6 del anexo quinto del convenio entre LaLiga y la Asociación de Futbolistas Españoles, base sobre la que se asienta el expediente sancionador abierto por el Valencia CF al delantero murciano, investigado por una supuesta agresión sexual. Una multa que desde el club valencianista, sin entrar en detalles, se avanza como «histórica». El Valencia ha optado por este cauce después de la puesta en libertad provisional con medidas cautelares del futbolista por parte de la jueza de instrucción. Sobre ese argumento la entidad ha decidido no estudiar la posibilidad de cortar su cesión y devolverlo al Sevilla.
Si finalmente se le castiga como «falta muy grave», en el apartado de sanciones de dicho convenio se especifica que la multa puede ser del 25% en los primeros 100.000 euros de su salario. En el caso de Rafa Mir, con un sueldo superior a los 100.000 euros mensuales, se aplicará la misma tabla indicada anteriormente en los primeros 100.000 euros, adicionando a estos importes la aplicación de los siguientes grados: desde un mínimo del 3,33% a un 10 % del exceso del salario mensual.
El Valencia quiere distinguir entre el expediente sancionador abierto y la distinta gestión interna deportiva, una parcela que corresponderá al entrenador Rubén Baraja en comunicación el director deportivo, Miguel Ángel Corona. Aunque no ha trascendido oficialmente, Rafa Mir se perderá al menos los próximos dos partidos. El tiempo que esté apartado del equipo, sin embargo, podría entrar en fricción con los derechos del jugador, que podría alegar «falta de ocupación efectiva» si se queda de forma indefinida la grada, aunque se pudiese defender que se trate de una simple decisión técnica de descartarlo por motivos deportivos.
Lim no se pronuncia
En la polémica abierta en torno al jugador, según el relato del propio club, en ningún momento se ha pronunciado o ha tenido participación directa el máximo accionista Peter Lim. Fue el consejo de administración, radicado en Singapur, el que validó la decisión trabajada y tomada desde València. El Valencia, además, contactó con sus principales patrocinadores para informarles en todo momento del procedimiento abierto desde el departamento de marketing, sin recibir ningún sobresalto de ninguna de las marcas. El mismo lunes 2 de septiembre, fecha de la detención del delantero, el Valencia también se puso en contacto con el Sevilla, poseedor de los derechos federativos de Mir y entidad con la que volverá a tener contrato a partir del 1 de julio de 2025 si el Valencia no ejecuta la opción de compra. Desde el club sevillista no se trasladó ninguna instrucción concreta tras la polémica detención del jugador, según fuentes del club valencianista.
Desde el Valencia asegura que desde un primer momento se hicieron las consultas apropiadas y convenientes con sus servicios jurídicos y con asesores externos. Asimismo, se califican como duras y tensas las reuniones entre la presidenta Layhoon Chan y el director deportivo Miguel Ángel Corona con el futbolista, y que el malestar de Baraja también es notorio sobre un futbolista en el que había insistido durante tres ventanas de fichajes para su incorporación. El club decide proceder en el momento en el que Mir pasa a disposición judicial, cuando la jueza y ministerio fiscal deciden declarar la libertad del futbolista con medidas cautelares que el club entiende como leves (retirada del pasaporte, prohibición de salida del país, orden de alejamiento de 500 metros, obligación de acudir a sede judicial cada semana). Desde ese momento, el Valencia afirma que no podía impone un castigo mayor y no había razón jurídica para ir contra los derechos del investigado, en forma de un despido.
En ese sentido, el Valencia, tal como avanzó en sus comunicados oficiales, no valora el proceso judicial, pero sí considera la gravedad de los hechos por los que Mir es investigado, que estuviera a altas horas en una discoteca, que pasase dos días en un calabozo y la imagen esposado en las dependencias de la Guardia Civil, con el consiguiente daño reputacional a la entidad.
Aparte del tema legal y deportivo, el Valencia asume la gravedad de los hechos investigados y que hay un debate social que se irá plasmando con el tiempo, si el delantero finalmente vuelve a contar para Baraja, y en el que no se puede hacer otra cosa que esperar, con independencia del ambiente que reciba el delantero en otros estadios.