Alcanzaron notoriedad o relevancia, a lo largo de la historia, en esta tierra de llanura sin sombras y pequeña montaña, de estíos asfixiantes e inviernos heladores. También olvidada, incluso maltratada. Venían de lejos, casi siempre convocados por el destino. Por lo general, no se trataba de una elección, sino de una imposición. Algo, más o menos, inexcusable. Y no parece inútil recordarlo (y evocarlos) en este 11 (onze) de septiembre (setembre), cuando tanto se habla de pactos y cupos, de conciertos y soberanía fiscal.

Fuente