En el departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Gandia todavía no salen del asombro tras haber averiguado por qué se han secado al menos dos árboles de un parque público situado en el distrito de Marxuquera. Alguien, necesariamente con toda la intención, se ha encargado de perforar con un taladro la base de los troncos y a través de ese orificio ha inyectado una sustancia tóxica. Se trata, probablemente, de un potente herbicida en la cantidad suficiente como para matar la planta.
En principio son dos plátanos del parque situado junto a la urbanización del Barranc Blanc, pero el departamento de Parques y Jardines está inspeccionando esta zona y otras por si los vándalos han actuado en otros lugares con la misma mala intención.
Nadie alcanza a sospechar por qué motivo se han preocupado por matar árboles, elementos que en ese lugar no se tiene constancia que molesten a nadie y que dan sombra a quienes disfrutan de la zona verde en los días de más calor.
Esta acción recuerda a lo ocurrido este mismo verano en la ciudad de València, donde también allí se detectaron sabotajes a árboles, sin ningún tipo de explicación, uno de los cuales el gran ficus situado en la plaza de España. En el caso de la capital, los servicios técnicos municipales han podido actuar a tiempo y han salvado el ejemplar, pero en Gandia cuando se apreció la incidencia ya era demasiado tarde. El agujero y el veneno habían dañado los dos árboles de forma irreversible.
Hay pocos precedentes de esta hasta ahora insólita acción vandálica. Sí es cierto que algunas personas, generalmente en el entorno más urbano, cortan por sus propios medios algunas ramas que molestan, bien sea porque alcanzan balcones, terrazas o ventanas de edificios o bien porque están a baja altura e impiden o dificultan el paso de los viandantes. Pero no se había visto en una zona verde, además alejada del casco urbano, y con la alevosía de acudir con un taladro o elemento similar, perforar el tronco e inyectar en una o más ocasiones el líquido tóxico.
Entre las sorprendidas, la concejala de Medio Ambiente, Alícia Izquierdo, que ha denunciado esta acción y ha pedido a los ciudadanos más civismo y respeto con esa parte del patrimonio municipal de Gandia que son los árboles.
Este sabotaje se produce, además, en un año especialmente complicado para las labores de mantenimiento de las zonas verdes de Gandia. El ayuntamiento, a través de la empresa que se encarga de este servicio, ha incrementado el riego en la mayoría de las zonas, vista la escasísima lluvia caída en la ciudad el último año y medio. De hecho, algunos ejemplares jóvenes, la mayoría recién plantados, no han soportado una sequía tan intensa y han perecido, por lo que en las próximas semanas serán sustituidos por nuevos ejemplares.
Contaminar sin darse cuenta
A raíz de estos sabotajes la concejala Izquierdo también señala que es necesario concienciar a muchos gandienses sobre el vertido de agua que se usa para limpiar, generalmente en pequeñas cantidades, y que acaban en los alcorques de los árboles.
No son pocos los que, seguramente sin ser conscientes del daño que causan, vierten en un cubo con agua sustancias como lejías o detergentes y, tras realizar la limpieza del suelo, echan el líquido a los árboles en vez de a un desagüe. Esta acción, sobre todo si se hace de forma continuada, acumula muchos residuos tóxicos en la tierra que rodea el tronco y va filtrando a las raíces, hasta el punto de matar las plantas, e incluso árboles de gran tamaño.