Un grupo de científicos analizó datos de más de 500.000 tormentas eléctricas en el transcurso de 12 años: descubrieron que tener partículas más finas en el aire, como aerosoles y otros contaminantes ligados a la actividad humana, está directamente relacionado con un mayor número de rayos y relámpagos. Además, incrementa en general la intensidad de las tormentas eléctricas de verano, según el estudio.

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