El pediatra Germán Rodríguez se vio forzado hace ya casi tres lustros a dejar su trabajo en el hospital Álvarez Buylla de Mieres. La jubilación lo apartó bruscamente de su pasión profesional, pero le permitió reencontrarse con una recóndita vocación juvenil. «Siempre había querido ser misionero». No tardó en poner en marcha la Fundación Sira y, al poco tiempo, comenzó a trabajar en la selva de Guatemala atendiendo a la sufrida población indígena. «Son pueblos que no tienen absolutamente nada», explica el médico nacido en Carabanzo (Lena) hace 79 años. Los últimos 12 años de su vida los ha dedicado a «cuidar» de los más desprotegidos. En este tiempo su trabajo ha permitido atender a más de un millar de niños guatemaltecos.

Fuente