Todo San Sadurniño es este fin de semana un lugar de grabación, ya que, desde el pasado viernes, 6 de septiembre, está en marcha una nueva edición del Chanfaina Lab, un certamen audiovisual que alcanza su novena edición.
Congrega a profesionales y aficionados, «locales y no locales» y de casi todas las edades, en un encuentro de cineastas llamados a pasar un fin de semana en el que grabarán «una pequeña pieza» tras recorrer el territorio del pequeño municipio rural y empaparse de sus gentes, su paisaje o sus costumbres.
«Llevamos 215 vídeos, deberíamos apuntarnos en el libro de los récords», afirma Manuel González, impulsor del evento promovido por el Ayuntamiento, del que dice que convierte a la localidad en la que, en relación a su población, «más películas tiene».
El Chanfaina Lab presume de una «diversidad absoluta» y permite acceder a un rico archivo en el que, por ejemplo, aparecen «algunas personas que ya no están con nosotros», pero que así estarán «viviendo para siempre mientras exista Internet».
Una suerte de «universo entero lleno de matices, de colores», que, para González, puede resultar «muy entrañable para personas a las que les interese el audiovisual» y que este año se promociona con un cartel que convierte la ladera del castillo de Naraío, uno de los grandes reclamos históricos de San Sadurniño, en el monte de la Paramount.
Toda una declaración de intenciones por parte de los organizadores de una cita cultural diferente, en la que se defiende «el cine más personal, no el hegemónico, que es todo igual», y a la que se suman «personas mayores y jóvenes».
«Tenemos participantes de la ESO y un grupo de más de 70 años; repiten sistemáticamente, nunca una persona renuncia a hacer una pieza, eso es muy hermoso», apunta uno de los principales artífices del certamen.
LIBERTAD
Considera Manuel González que se «potencia el amor por la narración, por contar una historia con imágenes», gracias a unas premisas claras: «El cineasta es libre, puede hacer su pieza como quiera».
Y es que el Chanfaina Lab «no es un concurso», aquí hay «el mismo premio» para todos porque se acude «por amor al arte», por ganas de brindar un «legado cultural y humano» para la posteridad.
Una enorme biblioteca, apostilla, con la que un historiador podrá «hacer un retrato interesante de este territorio» dentro de medio siglo: «Imagina encontrar 200 películas filmadas hace cien años, una maravilla».
Son 25 las personas que participan este año, desde cineastas profesionales a campesinas dispuestas a retratar su vida cotidiana, profesionales y aficionados que compaginarán su labor de grabación de este fin de semana con actividades abiertas al público, una pasión por la cultura que no encuentra fin en San Sadurniño.