Hace justo un año, en octubre de 2023, el vicepresidente del Govern, Antoni Costa, pronunció una frase premonitoria cuando Vox dejó en minoría al PP y le paralizó los presupuestos: «Pensaba que teníamos un pacto». En aquel momento aún existía un documento firmado por ambas formaciones que ahora ha quedado reducido a cenizas.
Marga Prohens entra en territorio desconocido tras su primer año al frente del Consolat de Mar. El nuevo curso político comienza con más incógnitas que certezas para el Govern. La ruptura unilateral del pacto por parte de Vox ha cambiado por completo el guion del año parlamentario y el PP comienza la negociación de los Presupuestos de 2025 sin tener amarrados los apoyos necesarios para sacarlos adelante.
La dirigente autonómica dibuja su estrategia mientras la ultraderecha se despelleja a pleno sol. Algunos votantes están volviendo a tocar las puertas del PP ante la voladura descontrolada de Vox al considerar que el acuerdo que firmaron era beneficioso y se estaba cumpliendo. Los dos bandos, oficialistas y díscolos, se desprecian y ahora incluso se insultan en público, una situación que dificulta aún más la consecución de apoyos para la líder del PP.
Prohens ha aprendido a no fiarse de Vox a la vez que trata de tender puentes con la dirección nacional del partido. La realidad es que no mantiene una buena sintonía con la actual portavoz, Manuela Cañadas, como también ocurría con Idoia Ribas, con quien mantuvo importantes desacuerdos, si bien con la anterior portavoz siempre se acabaron encauzando. Desde que Vox cambió los liderazgos en el Parlament ha dejado de cumplir con los compromisos y actúa sin rumbo concreto. La ruptura unilateral del pacto firmado hace apenas un año encolerizó a los populares: consideran que estaban cumpliendo escrupulosamente con sus socios y ahora se viene abajo el castillo de naipes. La posibilidad de que los populares se acaben apoyando en los díscolos está cogiendo cada vez más potencia. Agustí Buades ya se sienta junto al PP, faltarían Idoia Ribas y Sergio Rodríguez.
Prohens solo lleva un año en el cargo, pero no se puede entender su estrategia sin tener en cuenta que el PP ha estado ocho años totalmente a la deriva. La campanera recuperó el poder y quiere agostar la legislatura. La posible convocatoria de elecciones anticipadas se descarta por ahora, si bien todo dependerá de si se aprueban los presupuestos.
Las próximas semanas serán de alto voltaje por varias cuestiones fundamentales. La primera será la declaración ante el juez del presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, el próximo 27 de septiembre, dejando una imagen inaudita, apenas unas semanas después de que Prohens le blindara y avalase su continuidad al frente de la Cámara. En el Consolat confían en que no habrá condena y esperan que Vox sepa recompensarles, empezando por la aprobación del decreto de simplificación administrativa. La segunda serán las repercusiones de la llegada de migrantes a las islas, que ya deja registros históricos respecto a los años anteriores, cuando aún no se ha llegado a la «temporada alta», según las autoridades. Vox ha decidido fiar todo su éxito al discurso antiinmigración, que se ha convertido en monotema para la formación de Santiago Abascal.
Asimismo, el Parlament tendrá que validar normas como el decreto ley de simplificación administrativa, que incluye la amnistía urbanística en suelo rústico y el mantenimiento de las licencias turísticas para aquellas casas que se legalicen. La patronal del alquiler vacacional Habtur gana su primera gran batalla a los hoteleros, con la inestimable ayuda del alcalde socialista de Pollença, Martí March. También queda pendiente la derogación de la ley de memoria democrática, que el PP ha dejado en el aire tras la ruptura con Vox.
En cuanto a la política estatal, el tema por excelencia será la financiación autonómica. Balears es una de las únicas aportadoras natas del régimen común, aunque en el reparto final se desploma hasta la novena posición a pesar de que el coste de la vida en las islas es mucho mayor que en otros territorios que reciben más recursos y, sobre todo, el impacto de la insularidad. Esta semana Prohens no acudió a la cumbre de presidentes del PP para marcar una estrategia conjunta sobre la negociación con el Gobierno y priorizó el comienzo de curso universitario en la UIB porque la gran pugna se librará en casa.
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