En Motorland, en Aragón, ante los más de 55.000 fans que se citaron en el precioso circuito pegadito a Alcañiz, estaba contento por él. No lo dijo así. No lo contó. Tampoco en su expresión se le notaba, pero todo el mundo sabía que aquella no era una victoria del montón. Es más, hasta él la colocó entre sus cinco más significativas. Normal, hacía 1.043 días que no ganaba (Emilia Romagna, Italia, 2021) y estar en lo más alto del podio confirmaba que el plan funciona.
Esta vez, en Misano, en el ‘jardín’ de Valentino Rossi, su adversario de siempre, el maestro de ‘Pecco’ Bagnaia, uno de sus principales rivales, ante 89.678 fans del ‘Doctor’&Cia, se alegró por los suyos, por el equipo que fundó Fausto Gresini, por eso chicos a los que muchos considera poca cosa. No Marc Márquez, que cree que es un equipo para pelear por las victorias y hasta aspirar al título. “Muchos grandes pilotos se han criado aquí. Este es un gran equipo, sí señor, una familia, un grupo humano fantástico”.
Lluvia divina
Tal vez por eso, Márquez ayer le dedicó la victoria, bueno, el trayecto, la remontada (arrancó noveno y acabó primero), a Fausto Gresini, que, desde allá arriba, dijo “vamos a enviarle unas gotas al niño, ya no tan niño”, dijo partiéndose de risa Marc. De ahí la fiesta y, sobre todo, el orgullo de haber derrotado a los grandes campeones y escuderías italianas, incluida la poderosa Ducati, con un equipo familiar, modesto.
Ya saben cómo fue todo. Arranque en seco, cuatro gotas, se asustan todos y Marc los supera en dos vueltas, se pone líder y gana a placer. Es decir, que ganó el más listo. “No sé si ganó el más listo, no quiero que se interprete mal esa expresión. Puede, sí, que ganase el más listo pero, sobre todo, ganó el más atrevido. En las condiciones que quedó la pista tras las veinte gotas que cayeron, había que ponerle valor al asunto porque era muy, muy, fácil caerse. Eso sí, cuando me levanté por la mañana, pensé, como ocurra, me la juego”.
«Fausto (Gresini) prensó desde allá arriba, vamos a enviarle cuatro gotas al niño, ya no tan niño, para que pueda ganar la carrera. Me han gustado los adelantamientos seguidos, pero más me ha gustado saber y poder aguantar la presión de Bagnaia, cuando lo tenía detrás a +0»
Márquez se ha consolidado, ahora, como tercero del Mundial de pilotos. Está a 46 puntos de ‘Pecco’ Bagnaia y a 53 de Jorge Martín. Pero él sigue sin pensar en el título. Luego se lo cuento. Y ¿cómo ganó? “Gané porque, contrariamente a lo que me ocurría al inicio de temporada, ahora conozco bien la Ducati y puedo aprovechar las condiciones más frágiles de la pista. Por eso, en la octava vuelta de las 27 de que constaba la carrera, pasé, de golpe a Brad (Binder), Jack (Miller) e, incluso, ‘Pecco’ (Bagnaia), a los que veía dudar”.
Pero, para Márquez, lo mejor no fueron esos adelantamientos. O sí, pero a medias. “Lo más importante, es que, liderando y teniendo a ‘Pecco’ pegadito a mí, a +0, he sabido aguantar la presión, hacer, incluso, vuelta rápida en carrera, lo que te da más confianza que la victoria”.
El título, muy lejos
Venga, hablemos de las posibilidades (reales) que existen este año de ser campeón. “Con estas dos victorias grandes, Aragón y Misano, estamos más cerca, sí, pero seguimos con la misma mentalidad. Es evidente que, si quiero luchar por el título, que, insisto, sigo viendo lejos, no puedo cometer el error del sábado en la ‘quali’ ni pedirle a Fausto (Gresini, fundador del equipo en el que corre) que lance agua desde el cielo para facilitarme las remontadas. Tengo que clasificarme en las dos primeras filas. Sin las gotitas, hubiese sido cuarto o quinto. Además, ellos tienen colchón para fallar, yo no, yo no puedo fallar si quiero aspirar al título, cosa que no tengo muy claro”.
Y, de la misma manera que, el sábado, se le preguntó si el bestial adelantamiento que le hizo a Pedro Acosta, en la carrera al ‘sprint’, a 257 kms/h, era un aviso a navegantes, ayer se le volvió a preguntar si haber ganado en el ‘jardín’ de Bagnaia, en la casa de la Academia de Valentino Rossi, era un golpe psicológico para sus adversarios. “No estoy en eso, ya lo dije el sábado. No necesito golpes psicológicos contra nadie, sino un buen chute anímico para mi, para mejorar en mi confianza, que la he ido perdiendo, año a año, durante las tres últimas temporadas y debo ir reconstruyéndola poco a poco, con victorias como estas”.
Márquez insiste: “Necesito creérmelo y en eso estoy, pero tengo muy claro que me enfrento a dos auténticos gallos de la categoría, como Jorge (Martín) y ‘Pecco’ (Bagnaia), que el sábado demostraron que siempre están delante”. ¿No confías en tus posibilidades? “¡Claro que confio! Si no confiase, no ganaría, pero soy realista. Estoy a 53 puntos de dos grandes pilotos, que llevan la mejor moto y que siempre están arriba. Es más, ellos, como le ocurrió a Jorge ayer, pueden hasta permitirse el lujo de fallar y seguir arriba. Yo, si fallo, perderé casi todas las opciones. Lo importante, insisto, es que hay que ir cogiendo inercia para el año que viene”.
«Martín y Bagnaia aún tienen un colchón que les permite seguir mandando en el Mundial, aunque cometan errores como el de hoy de Jorge. Yo, si me equivoco un día, adiós. Eso sí, a mí me anima lo bien que me siento sobre la moto y el hecho de que la mejor manera de preparar el 2025 es acabar bien el 2024»
Antes de retirarse tras bajar del podio, alguien le contó a Márquez que Fernando Alonso había colocado en sus redes un comentario, tremendamente elogioso hacía él: “De Márquez se puede esperar todo”. “Es un orgullo que Fernando te elogie y lo agradezco de corazón. Se puede esperar de mí, sí, pero, sobre todo, se puede esperar del ‘nano’, de Fernando”, respondió el doble ganador de Motorland y Misano. “De momento, intentaremos seguir animando a la afición, haciéndole disfrutar de las carreras. Ayer y hoy ha habido adelantamientos chulos, bonitos, y de la ilusión se vive. Seguiremos empujando hasta que las matemáticas nos quiten la ilusión”.
Márquez es perfectamente consciente de que ya tiene por la mano la Ducati y, aunque teme que sea demasiado tarde para aspirar el título, sigue muy ilusionado “porque, poco a poco, vamos encontrando los trucos que nos permiten ser mejores cada fin de semana. ¿Qué pudimos haberlos encontrado antes?, pues no, porque todo requiere su tiempo. Es el peaje que debes pagar cuando lo cambias todo: moto, equipo, ingenieros, mecánicos…pero, repito, me siento muy feliz donde estoy, en el equipo Gresini”.