«Estoy destrozada». Elena Congost, atleta barcelonesa de 36 años que había cruzado en tercera posición la prueba de de maratón T12 para discapacitados visuales, apenas pudo saborear el bronce en los Juegos Paralímpicos de París. La organización, amparándose en un reglamento que mostró su cara más cruel, decidió descalificarla. A escasos metros de la meta, y cuando su guía, el curtido Mia Carol, apenas podía tenerse en pie atenazado como estaba por los calambres, Congost decidió tirar de él. Estaba a punto de caerse al suelo. Por unos instantes se soltó de la cuerda. Suficiente para ser después castigada.

Fuente