La alta abstención en las elecciones presidenciales argelinas ha arrebatado el protagonismo a los tres candidatos en liza, con el actual presidente Abdelmadjid Tebboune buscando un más que probable segundo mandato. Los comicios, celebrados este sábado, registraron un 48,03% de participación, según los resultados preliminares avanzados este domingo por la Autoridad Electoral Nacional Independiente de Argelia.

En una declaración a la televisión estatal, el jefe del organismo electoral, Mohamed Charfi, ha indicado que la participación de los votantes residentes en el extranjero se situó en el 19,57%, con la votación aún en curso en algunos países debido a las diferencias de huso horario. A pesar de su exigua cifra, la tasa de participación supera la de las elecciones presidenciales de 2019, el 39,88%. La autoridad electoral aplazó anoche una hora el cierre de los colegios.

“La indiferencia es una señal del debilitamiento de la democracia. El país, como muchos otros de la región, está retrocediendo en cuanto a indicadores democráticos”, señala a El Independiente Dalia Ghanem, investigadora del think tank Middle East Council on Global Affairs.

El actual presidente y candidato a la reelección Abdelmadjid Tebboune en su colegio de votación. | EFE

Tres candidatos en liza

Veintiséis candidatos presentaron la documentación preliminar para concurrir a las elecciones, aunque sólo tres recibieron el plácet: el actual presidente Abdelmadjid Tebboune, de 78 años y en el poder desde 2019; Abdelaali Hassani Cherif, líder del Movimiento de la Sociedad por la Paz, el mayor partido islanista del país, y Youcef Aouchiche, primer secretario del Frente de Fuerzas Socialistas, el partido de oposición más veterano de la arena local que ha presentado candidato por primera vez desde 1999.

Pocos dudan del resultado, que permitirá al actual mandatario -apodado el “Tío Tebboune”– afrontar un segundo mandato. Fue elegido en diciembre de 2019 tras cerca de un año de manifestaciones del Hirak reclamando la salida del poder de Abdelaziz Buteflika, que se había mantenido al frente de la presidencia del país a pesar del evidente deterioro de su salud. Finalmente su renuncia allanó el camino a un gobierno interino y la convocatoria de elecciones. Tebboune, ex primer ministro considerado cercano a los militares, se convirtió en sucesor de Buteflika. «Ha sido un Hirak silencioso que dijo todo», deslizó en sus redes sociales el abogado defensor de los activistas detenidos del Hirak, Abdelghani Badi, a propósito de la abstención.

Abdelali Hassani Cherif, el candidato islamista, deposito su voto este sábado. | EFE

Para tratar de mejorar las condiciones de vida de los argelinos y aplacar los clamores de cambio que recorrieron el país en 2019, Tebboune ha empleado los ingresos del petróleo y el gas para incrementar algunas prestaciones sociales, incluido el seguro de desempleo, así como los salarios públicos y las pensiones. Bajo el título de «Nueva Argelia», el programa de reformas también contempló la redacción de una nueva Constitución -aprobada en referendo en noviembre de 2020- que mantiene el límite de dos mandatos presidenciales, pero amplia esta restricción para abarcar tanto los consecutivos como los no consecutivos. Muchos observadores, no obstante, consideran que una de las asignaturas pendientes es el aperturismo político en mitad del retroceso de la sociedad civil.

Los principales retos a nivel local serían la economía, ya que la diversificación dista mucho de lo prometido

Con casi 45 millones de habitantes, una rivalidad cada vez más hostil con su vecino Marruecos con el que batalla por la hegemonía en el Magreb y unas reservas de gas que son el motor de su economía, Argelia se enfrenta a desafíos notables. “Los principales retos a nivel local serían la economía, ya que la diversificación dista mucho de lo prometido”, desliza Ghanem. En la escena internacional, Argel trata de recomponer sus relaciones tras el giro de España en el contencioso del Sáhara o la decisión de Francia de reconocer la soberanía marroquí en la ex provincia española, una de las líneas rojas junto a la defensa de la causa palestina de la política exterior argelina.

“En el plano internacional, Argelia está cada vez más aislada. No ha obtenido ningún resultado en Libia; tiene problemas con Marruecos, España y Francia; Níger le acusa de maltratar a los inmigrantes; Mali y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO/ECOWAS por sus siglas en francés e inglés) le acusan de inmiscuirse en asuntos internos y de ser indulgente con el Wagner ruso. Así que será el mayor desafío para recuperar su posición en una región altamente volátil”, opina Ghanem.

Youcef Aouchiche, candidato del Frente de Fuerzas Socialistas. | EFE

Clima de «miedo y censura»

Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional ha denunciado el clima en el que se celebraban los comicios, que califica “de miedo y censura” y marcado por “la tolerancia cero a la disidencia”. Amnistía denuncia la “severa represión” y las restricciones de la libertad de expresión, de reunión y asociación pacíficas y de la libertad de prensa. Entre los casos mencionados por la organización, figuran el del activista político Yacine Mekireche, miembro del suspendido partido político Movimiento Democrático y Social (MDS), arrestado en agosto por sus publicaciones en Facebook. Al menos 60 activistas políticos, la mayoría de ellos miembros del partido de oposición laico Reagrupación por la Cultura y la Democracia (RCD), fueron detenidos dos semanas después cuando intentaban conmemorar el primer congreso del Frente de Liberación Nacional (FLN), celebrado en 1956.

Para Amnistía, en los últimos dos años las autoridades argelinas adoptaron una serie de enmiendas legislativas alarmantes y nuevas leyes que han asestado «un duro golpe» a los derechos humanos en el país, incluidas las enmiendas de abril de 2024 al Código Penal. «En los últimos años, Argelia ha presenciado una erosión continua de los derechos humanos a través de la disolución de partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación independientes, así como un aumento de las detenciones arbitrarias y los procesamientos basados en acusaciones falsas de terrorismo. Es alarmante que la situación siga siendo sombría a medida que se acercan las elecciones”, lamentó Amjad Yamin, subdirector regional para Oriente Medio y Norte de África.

En un comunicado difundido la víspera de los comicios, Amnistía reclamó a Argel el fin de “la continua represión” y la liberación inmediata de los arrestados por ejercer pacíficamente sus derechos fundamentales. El año pasado relatores de la ONU que visitaron el país instaron a las autoridades a poner en marcha reformas constitucionales para alentar el trabajo de activistas y defensores de derechos humanos.

En 2021 el arresto del periodista Ihsane El Kadi y el cierre de sus medios, Radio M y Maghreb Émergent -considerados los últimos espacios opositores- fue calificado por Reporteros Sin Fronteras (RSF) de «escalada de represión». El Kadi, de 65 años, cumple actualmente una condena de siete años de cárcel por presuntamente recibir fondos extranjeros con el fin de «llevar a cabo o incitar a realizar actos que puedan socavar la seguridad del Estado, la estabilidad y el normal funcionamiento de sus instituciones, la unidad nacional y la integridad territorial».

Desde su Cabilia natal, la región bereber que simboliza el mayor desafío a las autoridades, Aouchiche instó el sábado a los argelinos a que le confiaran su voto “para dar a los jóvenes la confianza necesaria para poner fin a la desesperación que les empuja a tomar las barcas de la muerte en un intento de llegar al otro lado del Mediterráneo”. 

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