París baja el telón a los Juegos Paralímpicos de la inclusión y la revolución. Quince días frenéticos que han hecho de la capital francesa el epicentro del deporte mundial, derribando las barreras de la discapacidad. Con 2,4 millones de entradas vendidas, solo superado por Londres 2012, París ha cumplido sin duda con su gran objetivo.
«París 2024 prometió unos Juegos Paralímpicos revolucionarios y abiertos al mundo. Sin duda han cumplido, organizando un evento deportivo espectacular que ya está teniendo un tremendo impacto en la sociedad francesa y en todo el mundo». Así lo describió Andrew Parsons, el presidente del Comité Paralímpico Internacional.
París deja un legado imborrable y a buen seguro difícil de recoger. Atletas y miembros de la familia paralímpica han vivido unos Juego sin precedentes donde la igualdad ha reinado en todo momento.
La llama olímpica vuela ya hacía Los Ángeles con la revolución paralímpica más viva que nunca.
La mejor cifra de medallas desde Londres
La delegación española partió hacia París llena de ilusión y de ambición, con ganas de superar la barrera de las 40 medallas que no se conseguía desde Londres 2012. Era la gran meta que todo el mundo quería alcanzar y que incluso Miguel Carballeda, el presidente del Comité Paralímpico Español, marcó antes de partir rumbo a la capital francesa. “Superar a Tokio y soñar con las cuarenta”.
Sueño cumplido. España alcanzó las 40 preseas justas logrando un resultado más que bueno y sobre todo, esperanzador de cara al futuro. El talento joven ha aflorado en París presagiando un gran futuro para España en el deporte Paralímpico.
No hubo un solo día sin medalla para la delegación, que consiguió sumar en diez deportes distintos. Siete oros, once platas y veintidós bronces impulsados sobre todo desde la gran piscina de La Défense, donde la los nadadores consiguieron sumar un total de quince medallas. Los triunfos de Tasy Dmytriv e Íñigo Llopis fueron los grandes momentos, igualando la natación con el triatlón y el ciclismo en ruta como los deportes más exitosos.
El atletismo fue sin duda la gran otra fuente de medallas, con ocho, aunque solo con el oro de Yassine Ouhdadi en los 5000 metros.
La esgrima, el ciclismo en pista, el judo, el tiro olímpico, el tenis de mesa y el tenis en silla de ruedas, que por primera vez consiguió sumar medalla, fueron los otros deportes que consiguieron tocar metal.
Los grandes nombres
Sin duda, el de Ricardo Ten fue el gran nombre de la delegación. Abrió el medallero con su medalla de bronce en la persecución en pista, una triunfo que no entraba en sus planes. Redondeó su actuación en el velódromo con la plata por equipos y se coronó con el oro en la contrarreloj en ruta, su gran objetivo y por lo que llevaba trabajando años y años.
Tres medallas también sumó Anastasiya Dmytriv. Consiguió el primer oro en natación y se colgó dos bronces más, en relevo mixto 4×100 y 200 metros estilos, en su categoría S9.
Mención especial también para Daniel Molina y Susana Rodríguez, que tiñeron de oro las calles de París con la disputa del triatlón. Con firmeza y con una solvencia aplastante demostraron su papel de favoritos en la mejor mañana para la delegación.
Y otro de los grandes nombres que quedarán en el recuerdo en París, será el de Martín de la Puente. El tenista en silla de ruedas gallego cuajó una semana de ensueño en las pistas de Roland Garros, rompiendo la barrera de las semifinales, donde nunca un tenista español había conseguido acceder. Lo hizo por partida doble, en individuales y en dobles, junto a Daniel Caverzaschi, con quien cuajó una gesta para el recuerdo, venciendo a la pareja francesa para colgarse un bronce histórico. En individuales no pudo repetirlo cayendo ante Gustavo Fernández.
Un nombre para el recuerdo y un futuro para soñar
Pero si un nombre quedará en el recuerdo de todos en los Juegos de París 2024, será sin duda el de Teresa Perales. La nadadora, deportista más laureada en unos Juegos, consiguió sumar su 28ª medalla, igualando nada más y nada menos que a Michael Phelps. En una categoría nueva para ella, la S2, debido a la perdida de movilidad en su brazo desde Tokio, consiguió un bronce en los 50 metros espalda que como si de un oro se tratase, quedará para siempre en el recuerdo y en la historia de los Juegos.
España se marcha de París con el trabajo hecho y con una imagen de pasión, éxito y sobre todo, futuro. La mezcla entre veteranía consagrada y talento joven ha creado un cóctel triunfador en París que debe ser el inicio de una nueva era.
Lejos queda ya el bache entre Londres y París, con las vistas ya puestas en Los Ángeles. Hasta entonces, cuatro años de trabajo y sacrificio que auguran una nueva vida de ilusión y alegría para el deporte paralímpico español.