El acoso del régimen venezolano contra Edmundo González Urrutia, presidente electo tras las elecciones del pasado 28 de julio, ha provocado su exilio. España de nuevo es el destino. El Gobierno de España ha facilitado su traslado a Madrid a petición del ex embajador venezolano. En la capital española vive su hija Carolina. La Fiscalía había pedido que se entregara por «presunta comisión de delitos de usurpación de funciones» y «forjamiento de documento público».
En un comunicado emitido esta madrugada por el Ministerio español de Asuntos Exteriores, se dice que «el Gobierno de España reitera su compromiso co los derechos políticos y la integridad física de todos los venezolanos y venezolanas, muy especialmente de los líderes políticos». El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, se hacía eco de la acogida a Edmundo González en su cuenta de X.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, había dicho el sábado por la mañana que España no iba a abandonar a González. Calificó al ganador de las elecciones del 28J como un «héroe».
En las negociaciones para su exilio, que es en realidad lo que supone su salida, ha participado el ex presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, según ha publicado El Mundo. González habría demandado la liberación de los más de 1.700 presos políticos de las jornadas posteriores a las elecciones.
Es posible que el asedio de las fuerzas venezolanas a la embajada argentina, en la que se refugian varias personas del entorno de María Corina Machado, que se intensificó el sábado, fuera una señal de que Machado no iba a respetar ni siquiera las legaciones diplomáticas.
Las actas de la derrota de Maduro
La candidatura opositora encabezada por Edmundo González, y avalada por María Corina Machado, venció en las elecciones presidenciales, según quedó demostrado en las actas electorales que pudieron mostrar al mundo después de una operación en la que participó un millón de voluntarios. Esas mismas actas son las que ocultó Maduro para no ceder el poder.
Edmundo González ganó por un 70% de los votos, de modo que su triunfo, según pudo probar la oposición a Maduro, fue apabullante. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral atribuyó la victoria a Maduro la misma noche del 28 de julio por el 51,9% de los votos, sin presentar las actas electorales.
Maduro acabó atribuyendo el caso al Tribunal Supremo, que está copado por sus leales y no tiene competencias para dilucidar un resultado electoral. Como era previsible, reconoció a Maduro como ganador.
Represión obsesiva
A partir de ahí se desencadenó una persecución sin cuartel contra cualquiera que pusiera en cuestión a Maduro, desde adolescentes que tienen fotos de las manifestaciones a incapacitados. También empezó el acoso contra dirigentes políticos del entorno de Edmundo González y María Corina Machado. El fundador de Foro Penal, Alfredo Romero, llegó a reconocer que Venezuela vivía jornadas aciagas, en las que se estaba reprimiendo como nunca antes en los últimos años. «Todo el mundo en Venezuela se siente perseguido, intimidado, amenazado», decía Romero en una entrevista con El Independiente.
Al candidato opositor se le instó a presentarse ante la Fiscalía, lo que rechazó por falta de garantías. Finalmente se ordenó su arresto y Edmundo González se refugió en la embajada de España en Caracas, donde ya estuvo el líder de Voluntad Popular Leopoldo López durante meses. Leopoldo López también acabó exiliado en Madrid, donde ya vivían su esposa, sus hijos y sus padres.
En el exterior, Estados Unidos ha reconocido a Edmundo González como presidente electo. La Unión Europea no ha llegado tan lejos, pero tampoco ha reconocido a Maduro como vencedor el 28J. Los Veintisiete instan al régimen a presentar las actas electorales, si bien el ministro Albares da por hecho que Maduro nunca dará ese paso.
María Corina Machado instaba al gobierno español en una reciente comparecencia virtual con medios españoles a liderar el proceso de reconocimiento de Edmundo González en la Unión Europea. Ahora María Corina Machado, quien sigue convocando con éxito en las calles a los venezolanos y que está «a resguardo», está en el punto de mira de un Machado a quien la oposición ha puesto en evidencia. Ha quedado probado que en las urnas no vence. Solo le queda la represión feroz para seguir en la poltrona.