Según la Federación Española de Párkinson, en España hay más de 160.000 personas afectadas por la enfermedad de Párkinson (EP), y cada año la cifra va en aumento.
Desgraciadamente, el Párkinson sigue siendo un gran desconocido, y los especialistas reconocen que no siempre es fácil identificar esta enfermedad de forma temprana.
De hecho, se suele tardar entre uno y tres años en conseguir un diagnóstico claro, por lo que alrededor de un tercio de los nuevos casos todavía no se han detectado.
Ahora, un nuevo estudio publicado por la revista científica Gut, líder en temas de gastroenterología y hepatología, ha llegado a la conclusión de que algunos problemas intestinales podrían suponer señales de alerta temprana de esta enfermedad neurodegenerativa.
- Este estudio marca un antes y un después, ya que es el primero en establecer evidencia observacional clara de que un diagnóstico clínico de problemas intestinales «podría predecir específicamente el desarrollo de la enfermedad de Parkinson», aseguran los autores.
Así se hizo el estudio
Los investigadores de la Clínica Mayo de Arizona partieron de la hipótesis de Braak, que afirma la enfermedad de Parkinson se origina en el intestino.
Pero hasta la fecha ningún estudio había investigado sistemáticamente una amplia gama de síntomas y diagnósticos gastrointestinales antes de un diagnóstico de Párkinson (EP.)
Para ello, los científicos utilizaron los datos de una red nacional de registros médicos de EE. UU. (TriNetX) y compararon 24.624 personas en Estados Unidos diagnosticadas con Parkinson, 19.046 personas con Alzheimer y 23.942 personas con enfermedad cerebrovascular, para compararlos con 24.624 que no padecían ninguna de ellas.
- Aquellos con Parkinson fueron emparejados con pacientes de otros grupos por edad, sexo, raza, origen étnico, y duración del diagnóstico para comparar con qué frecuencia sufrían problemas gastrointestinales, cinco años antes al diagnóstico de EP.
- También compararon registros médicos de participantes diagnosticados con afecciones intestinales con aquellos que no los padecían. para ver cuántos de ellos desarrollaban Párkinson u otros trastornos neurológicos en un periodo de cinco años.
Ambos análisis indicaron que, efectivamente, cuatro patologías intestinales estan asociadas a un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson.
4 enfermedades gastrointestinales como señal de alarma
De esta forma, gracias a la investigación, los científicos han llegado a la conclusión pobservacional de que las personas que padecen estas tres afecciones intestinales tienen más del doble de riesgo de desarrollar Párkinson en los próximos 5 años:
- Gastroparesia, trastorno que retrasa el movimiento de los alimentos del estómago al intestino delgado.
- Disfagia, problemas y dificultad para tragar, en especial alimentos líquidos.
- Estreñimiento, afección en la cual la persona tiene menos de tres evacuaciones a la semana.
Otros problemas intestinales, como el Síndrome del Intestino Irritable sin diarrea (dolor repetido en el abdomen y cambios en la evacuación de las heces), se relacionó con un 17% más de riesgo de padecer EP.
Pero lo más curioso, es que, afecciones como:
- Dispepsia funcional (sensación de ardor o plenitud en el estómago sin causa obvia)
- Síndrome del Intestino irritable (SII) con diarrea
- Diarrea con incontinencia fecal
No solo fueron más prevalente entre personas que desarrollaron Párkinson (EP) sino también más frecuentes antes de la aparición de Alzhéimer o enfermedades cerebrovasculares como ictus o un aneurisma cerebral.
Sin embargo, cabe destacar que se trata de un estudio observacional y, como tal, no pueden establecerse como causa.
Los investigadores también reconocen varias limitaciones de sus hallazgos, como que el periodo de seguimiento fue relativamente corto y que la información diagnóstica recogida en los historiales médicos electrónicos podría estar incompleta.