Por Adrián Barbón, Presidente del Principado de Asturias

Las primeras palabras de este mensaje tienen, por desgracia, destinatarios muy precisos: la familia, las amistades y los compañeros de César y Roberto, los dos trabajadores fallecidos en el grave accidente laboral ocurrido en El Musel. El pesar y la solidaridad del Gobierno del Principado –y, estoy seguro, de toda la sociedad, de Asturias entera– os acompañan en estos momentos difíciles y dolorosos.

Me refiero a toda la sociedad porque Asturias gana cuando afronta unida los desafíos del futuro. Cuando no vuelve la cara ante los problemas y se reafirma con audacia y tesón en superar sus metas, por lejanas que parezcan.

Ese es el sentido de esta celebración, el Día de Asturias. Cada 8 de septiembre nos recuerda el fuerte anclaje histórico de nuestra patria, refuerza el orgullo de pertenencia y nos llama a superar las divergencias para trabajar hombro con hombro en la construcción del mejor porvenir. Nos apela sin distinción de ideologías ni credos y alcanza con un sentimiento especial a quienes viven fuera de Asturias, a esa Asturias fuera de nuestra tierra que siempre la lleva en el corazón.

Todos os anos tento de qu’as mías palabras tían al altura d’esta xornada. É un empeño imposible porque nun hai mensaxe que condense a forza emocional del Día d’Asturias. Sabedor d’esa limitación, quero compartir dalgúas conviccióis con vosoutros y vosoutras.

Dicíavos qu’Asturias gana condo asume os retos de frente, sin daryes el llombo. A cada volta temos máis probas. El dinamismo tresformador da industria, empuxao pola mayor onda inversora en muitas décadas, é inseparable del aposta pola transición ecolóxica. 

Esa modernización, motor d’úa etapa nova de medría, é úa evidencia del cambeo, tan innegable como a revolución das comunicacióis ou a consolidación como potencia turística. A pelegría que fai cualquera das rutas xacobeas, el viaxeiro qu’admira a manda industrial da mineiría ou as familias qu’escoyen el Principao pra disfrutar da marina miyor conservada d’España incorporáronse pra sempre al noso paisaxe.

Pídovos esfouto. Non esfouto nel meu goberno, senón esfouto en nosoutros como poblo, en Asturias como ama del sou destino. Agora qu’empezamos a década del cambeo, nun nos poden faltar nin as forzas nin el ambición. 

 A mi gobierno, al gobierno de unidad progresista, no le van a faltar. Hace un año me comprometí a innovar y reformar todo lo que fuera necesario. Me ratifico en ese compromiso, que se está reflejando ya en hechos concretos. A partir de este mes, las escuelas infantiles públicas serán gratuitas. Es el primer peldaño de ese proyecto pionero que hemos bautizado con el nombre de les escuelines o as escolías, con las dos hermosas lenguas propias de Asturias. Es una iniciativa irreversible, al igual que la actualización del mapa sanitario o el refuerzo de la arquitectura institucional para atraer inversiones. 

Cuando hablamos de innovación solemos pensar en la ciencia y el desarrollo tecnológico, pero no olvidemos que también debe llegar al Estado de bienestar para mejorar los servicios públicos.

El impulso a la política de vivienda, con la licitación de casi 600 pisos públicos, es una muestra de esa vocación, porque una sociedad que se precie no puede dejar de lado el derecho a una vivienda digna, ni pasar de largo sobre las dificultades de los jóvenes para emanciparse. Del mismo modo, tampoco puede cerrar los ojos ante el problema creciente de la salud mental o la soledad no deseada. 

El tiempu de la inercia acabó. L’axenda reformista llega pa esterrar la tentación del conformismu. Falé del bon momentu turísticu d’Asturies. Pues, por prestosos que resulten los datos, ye agora cuando nos tenemos qu’adelantar pa tornar el mieu a la masificación y los problemes que sufren otres partes del país. La inacción d’anguaño diba ser un llastre pa mañana.

Pa medrar el caudal de confianza nes posibilidaes d’Asturies ye menester amás que sepamos poner en valor la nuestra cultura. La oficialidá del asturianu y del eonaviegu, que nestos meses que vienen va discutise na Xunta Xeneral, respuende a esi determín. Pido que seyamos la xeneración que garantizó la supervivencia d’entrambes llingües.

Sabemos qué futuru queremos y sabemos cómo lu queremos algamar: gracies al diálogu y la busca d’alcuerdos. El gobiernu empezó y va acabar la llexislatura cola mano estendida pal consensu. Nunca vamos dexar de facelo.

Como tampoco dejaremos de anteponer los intereses de Asturias siempre que sea necesario ante el debate sobre la financiación autonómica, mi gobierno defenderá el acuerdo alcanzado en la Junta General hace ya cuatro años. El amplio respaldo que concita ese documento es una fortaleza que no debemos debilitar con afanes partidistas. La rotundidad no se demuestra con voces ni aspavientos, sino con razones sólidas, bien argumentadas y serena firmeza. Ese será nuestro proceder ante un asunto tan trascendente para nuestra comunidad y para el Estado entero.

Al cumplirse el primer centenario de la feria de muestras, la elección de Gijón para grabar este mensaje supone un homenaje a un certamen que se ha convertido en una seña de identidad. He decidido hacerlo en uno de los espacios más simbólicos de la ciudad, la Universidad Laboral, que propondremos como patrimonio de la humanidad. Justamente, hace pocas semanas que finalizó la restauración de su cúpula, con todo su valor artístico e histórico.

Al repasar los orígenes de la feria, recordamos que sus promotores decidieron echarla a andar con tanta audacia como confianza en las posibilidades de Gijón y Asturias. Cuando nos aguardan años apasionantes y decisivos, tomemos ejemplo. Hoy, 8 de septiembre, empeñémonos en encarar los desafíos con unión y osadía, porque así gana Asturias.

¡Feliz Día de Asturias! ¡Puxa Asturies!

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