Sigue sin haber detalles, y queda mucho para que una propuesta esté negro sobre blanco, pero Pedro Sánchez se sitúa en la pantalla previa. Busca el control de daños, serenar el debate de la financiación autonómica —en ningún caso habla de concierto económico para Cataluña— y, sobre todo, sosegar a su partido, muy revuelto desde que PSC y ERC sellaran su acuerdo para la investidura de Salvador Illa. Este sábado, daba un paso más, al defender el impulso de un modelo de financiación «más justo», al anticipar el diseño de «una nueva etapa autonómica», al concretar que está dispuesto a que todas las comunidades recauden y gestionen nuevos impuestos, como ya ocurre «con éxito» en Alemania o Canadá.

Era una de las ideas centrales de la intervención del secretario general del partido y presidente del Gobierno ante el comité federal, el máximo órgano de dirección que este sábado tenía el cometido de convocar el próximo congreso, el número 41 en la historia del partido. A la entrada de Ferraz, los barones críticos rebajaron bastante el tono, salvo el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que expresó su «enorme preocupación» por la financiación singular de Cataluña, que tachó de «cupón independentista», y advirtió de que no se pueden poner «patas arriba todos los consensos constitucionales» por el poder.

Sánchez, ante los suyos, confrontó su modelo, el que han de defender los socialistas, frente al de la derecha, que «cuando dice que el dinero está mejor en el bolsillo, no se refiere al bolsillo de las clases medias y trabajadoras, sino al bolsillo de los de arriba». «Nuestro modelo es otro. Nosotros estamos dispuestos a hacer nuevas transferencias competenciales, a reconocer singularidades, a permitir que todas las comunidades autónomas que lo deseen recauden y gestionen más gravámenes, porque es algo coherente con nuestro Estado federal que llamamos autonómico, y que ya hacen con éxito países como Alemania y como Canadá», sostuvo.

«Estamos dispuestos a hacerlo porque pensamos que si se diseña bien esta nueva etapa autonómica, nos puede ayudar a crear un sistema de financiación más justo, que reduzca las diferencias territoriales, que garantice la suficiencia del gasto público y, sobre todo, que exija la corresponsabilidad de los gobiernos autonómicos», amplió. Como ya hiciera el pasado miércoles en el acto de arranque del curso político, el presidente garantizó que con su propuesta todas las CCAA recibirán «más recursos» de los que recibieron durante el Gobierno del PP y que el Fondo de Compensación Interterritorial —432 millones en 2023, en conjunto— se duplicará.

Para Sánchez, «el verdadero debate no es entre territorios, sino entre modelos». «El que ve en los servicios públicos bienes, derechos o mercancías. Y nosotros siempre defenderemos que la sanidad y la educación, la dependencia y las pensiones son de los derechos con los que nunca se puede mercadear. Eso es lo que la Constitución española mandata y lo que nuestros ciudadanos quieren», explicó.

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