El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, fue el último en intervenir en la puerta de Ferraz antes de entrar en la reunión del Comité Federal. No defraudó las expectativas que había generado por su consabida posición contraria a la financiación “singular” pactada entre el PSC y ERC para la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Cataluña.
El primer propósito con el que aseguró que llega a esta reunión socialista es para conocer lo pactado. Aseguró que él no ha visto aun «el documento firmado”, más allá del “filtrado” por ERC. “No sé si ustedes tendrán la copia del documento firmado, que todo el mundo hable de que se va a cumplir lo firmado” pero “llama la atención que nadie lo haya mostrado”, apostilló.
No obstante, lanzó la crítica de que “ese documento que expone ERC es mucho más egoísta que socialista”, por lo que “es francamente incomprensible e indefendible” por un partido “que se fundó fundamentalmente para evitar y combatir los privilegios”.
Con esta idea admitió la “preocupación” con la que acude al Comité Federal porque advirtió, aunque “todos estamos en contra y queremos que no gobierne Vox y el PP”, “eso no es un cheque en blanco para poder incluso jugar con los valores y los principios del PSOE”.
No vale estar en el Ejecutivo, dijo, “a cualquier precio”, por lo que “no se puede poner patas arriba todos los consensos constitucionales” ni “los consensos constitucionales para tener gobiernos y tener ministerios.