Una equivocación. Eso es lo que ha esgrimido ante la jueza el presunto maltratador detenido en Valencia por un caso de violación mediante sumisión química para tratar de justificar las sustancias halladas en el organismo de su pareja –con la que acababa de reencontrarse tras su última ruptura–, después de que las cámaras de un pub de Valencia lo captaran arrojando el contenido de un envoltorio de plástico en un vaso de cerveza. Ante la evidencia que reflejan dichas grabaciones y el testimonio de trabajador del local, que también lo vio, el acusado inicialmente de un delito genérico de malos tratos sostiene que se equivocó de vaso.

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