Jonas Deichmann es, a sus 37 años, un auténtico todoterreno. Y es que la propia Wikipedia le define como ‘autor de Best Sellers, aventurero, atleta extremo y poseedor de múltiples récords mundiales en ciclismo y resistencia’, además de un popular orador motivacional en empresas y equipos deportivos alemanes.
Este chico lo tiene todo, y además es un auténtico loco da la resistencia: su pasión es recorrer el mundo nadando, en bicicleta y corriendo, lo que conocemos comúnmente como un triatleta.
Y como es de esperar, sus aventuras inspiran a mucha, muchísima gente. La última del conocido como el «Forrest Gump alemán» ha sido completar nada más y nada menos que 120 triatlones en 120 días. Nadie lo había hecho antes, y no es de extrañar, porque las matemáticas aquí son más sencillas de lo normal, la media es fácil, un triatlón por día. Con todo lo que eso conlleva.
120 triatlones en 120 días: uno al día
A sus 37 años, la última hazaña de Deichmann ha sido completar 120 triatlones de larga distancia en 120 días. Vamos a bajar a la tierra este número, y es que durante estos cuatro meses -los más intensos de su vida- ha recorrido 456 kilómetros nadando, 21.600 km en bicicleta y más de 5.000 corriendo.
«Estoy feliz de haberlo logrado. He cumplido mi objetivo. Ha habido momentos difíciles… pero al final ha sido divertido», admite el atleta.
La recompensa a esta auténtica heroicidad ha sido batir el récord mundial, ya que la marca anterior estaba en 105 triatlones consecutivos. Deichmann la ha superado con creces, el alemán ha estado otras dos semanas más ‘metiéndose’ triatlones entre pecho y espalda.
El último día acabó… a lo Forrest Gump
Para concluir este desafío, el último fue sin duda el más especial, más de 300 personas decidieron acompañar al atleta alemán durante todo el trayecto hasta llegar a meta, al más puro estilo Forrest Gump, aunque este, según se detalla en la película, estuvo sin parar de correr 1169 días, un total de 3 años, 2 meses, 14 días y 16 horas…
«Quiero inspirar a la gente a practicar más deporte y a tener la confianza para superar sus propios límites. Y cuando veo a todas las personas que hay aquí hoy… creo que lo he logrado», decía orgulloso tras finalizar el reto. Porque si hay algo que quiere enseñar Deichmann es que los desafíos imposibles no existen. Él mismo lo ha comprobado en sus propias carnes.
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