El asesinato de un hombre en un garaje en el centro de Dénia lleva a los dos sospechosos detenidos a prisión. Así lo decreta este viernes el juez de guardia que indica que estén sin fianza mientras prosiguen las investigaciones.
El suceso se produjo el martes a última hora de la tarde. En la tranquila calle Patricio Ferrándiz, cercana a la famosa playa de la capital de La Marina Alta, asesinaban a un hombre en su garaje privado. Bastó un solo tiro para causarle la muerte.
Los arrestados por la Policía Nacional en dos operaciones distintas se les atribuye el papel ejecutor y la identificación con los dos motoristas que, según las primeras investigaciones, estaban en la escena del crimen cubiertos con sus cascos para evitar ser identificados.
La motocicleta negra que conducían se encontró cerca del lugar de los hechos, en la calle Diana, a cien metros de donde todo ocurrió. Varios vecinos se sorprendieron al ver correr a dos motoristas por las calles del municipio, un comportamiento extraño del que no podían imaginar que era consecuencia del asesinato cometido.
En poco más de 24 horas, los agentes de la unidad de homicidios de la Policía Nacional arrestaron al primero de los sospechosos. Poco después, la subdelegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, anunciaba que se había detenido al segundo de ellos.
El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Dénia, que está en funciones de guardia, ha decretado la tarde de este viernes el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de los dos detenidos por matar presuntamente a otro hombre tras dispararle con un arma de fuego en dicha localidad. Ambos detenidos quedan investigados en una causa abierta por un delito de asesinato, sin perjuicio de ulterior calificación, como informan desde el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.
La víctima es un hombre de 40 años y nacionalidad española, pero que no es vecino de la popular capital turística de la comarca. La investigación sigue en marcha con el objetivo de saber la causa de un crimen que fue calificado como «sorpresa» por el alcalde de esta tranquila localidad, Vicent Grimalt.