Endeudamiento o ruina. Ese es el futuro que tendrían los plataneros de Canarias si durante los meses de julio y agosto no se recurriera a la retirada de producto del mercado, la famosa pica. Es lo que defiende la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), que lleva más de 70 años utilizando esta técnica para mantener la estabilidad en el mercado del plátano. «Nosotros no retiramos producto para especular con el precio, lo hacemos para evitar el endeudamiento de los productores», explica el gerente de Asprocan, Sergio Cáceres.
La Asociación responde así a las críticas surgidas desde de la Plataforma por un Precio Justo y Auténtico para el Agricultor del Plátano de Canarias por los datos de pica de agosto, 2,7 millones de kilos. Desde Asprocan afirman que los porcentajes de retirada están dentro de lo «normal y permitido» en los meses de verano e insiste en observar las cifras anuales, ya que el plátano no es un producto de temporada. «En 2024 se han comercializado 268 millones de kilos y se han retirado 7,6 millones, lo que solo representa el 2,8% del total», explica Cáceres. La práctica está autorizada por la Unión Europea siempre que sea por debajo del 5% de la producción.
Fruta de temporada
El presidente de la Asprocan, Domingo Martín, coincide con el gerente y asegura que si no se hicieran las picas, «el agricultor tendría que pagar por enviar su producto al mercado». En los meses de julio y agosto históricamente la demanda de plátanos baja. El descanso de los colegios y la aparición de otras frutas de temporada provoca que el consumo de la banana canaria sea menor en la Península y los precios bajen. Con ese panorama, introducir toda la producción en el mercado, –con el pago de la exportación–, llevaría a los productores a vender el producto muy por debajo de los costes de producción.
«El objetivo de la retirada es positivo para el agricultor, le evita pérdidas y también al resto de la cadena», afirma Martín, quien reconoce que el 70% de los meses de julio y agosto «son malos para el sector». A la escasa demanda que suele haber en verano se ha unido en los últimos años la sobreoferta provocada por el adelanto de la producción como consecuencia del aumento de las temperaturas.
Bancos de alimentos
Los kilos que se retiran, según explica Asprocan, no acaban «en la basura». Una parte del producto se destina a bancos de alimentos de todo el país. El problema en verano es que este tipo de entidades cierran. Además, se recurre a otros mercados como Marruecos. «Este mes de agosto se han enviado dos millones de kilos» afirma Cáceres. ¿Qué se hace con el resto? Se entrega para alimentación de ganado del Archipiélago y se transforma en compostaje para las fincas. «No es cierto que se tiren los plátanos a la basura», insiste el gerente de Asprocan.
Martín critica que algunas asociaciones como la Plataforma por un Precio Justo y Auténtico para el Agricultor del Plátano de Canarias aprovechen «la primera de cambio» para «hacer ruido» justo en meses que históricamente son malos para el sector. «Llevábamos cinco meses con precios muy buenos, es normal que en la agricultura haya rachas no tan buenas», defiende el presidente de Asprocan, quien afirma que el mercado se «normalizará» en las próximas semanas.
Cáceres recalca que Asprocan representa a todos los productores de plátano en Canarias, un total de 8.000 agricultores, y que las decisiones tomadas son en beneficio del conjunto del sector. Además, niega las afirmaciones de la Plataforma por un Precio Justo y Auténtico para el Agricultor del Plátano de Canarias que hablan de la desaparición de los cosecheros. «Los datos oficiales no reflejan eso», aclara.
Suscríbete para seguir leyendo