Sánchez frenó hace un año una dimisión de Escrivá prometiéndole el Banco de España.

Tras las elecciones generales del 23 de julio, Pedro Sánchez y todos sus ministros entraron en funciones, a la espera de que se constituyera el siguiente Gobierno, toda vez que la investidura saliera adelante. En las semanas posteriores a los comicios, la incertidumbre sobre la formación del Ejecutivo impacientó a José Luis Escrivá

Varios de aquellos integrantes del Gobierno no iban a continuar como ministros en ningún caso, o bien porque Pedro Sánchez no contaba con ellos tras revalidar su cargo, pero otros por decisión propia, puesto que habían decidido enfocar su futuro fuera de la Administración.

Respecto a ese segundo caso, uno de los afectados era José Luis Escrivá, en aquel momento ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones desde enero de 2020 y antes primer presidente de la AIREF, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal.

Escrivá no deseaba mantenerse en el Gobierno, y así lo llegó a notificar al presidente, que aceptó la decisión. Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes del Consejo de Ministros, Sánchez frenó, a principios de septiembre del año pasado, una dimisión de Escrivá prometiéndole el Banco de España

El ya exministro tenía ofertas de empresas privadas para abandonar el Ejecutivo, pidió a Sánchez que le aclarara su futuro y le garantizó entonces que le nombraría gobernador.

Movimientos de Escrivá

El ministro Escrivá no ha escondido, entre su círculo más íntimo, su predisposición a saltar al Banco de España, donde ya trabajó, con cargos intermedios, en la década de los 90. De hecho, según fuentes próximas al supervisor, consultadas por ECD, se ha empezado a mover en torno a la institución para dejar claras sus intenciones.

Es funcionario del Banco de España, presenta un currículum extenso, reúne los conocimientos, y siempre ha querido el puesto. Y en las últimas semanas ha presionado para ser el nombre propuesto. Hace poco se reunió, por ejemplo, con la asociación de inspectores del Banco de España. Sin embargo, como candidato no concita el acuerdo, según fuentes internas del supervisor.

Un paso por la reserva

En la nueva legislatura, José Luis Escrivá perdió atribuciones, al tener menos competencias al frente de Transformación Digital que en su etapa en Migraciones y Seguridad Social. Pero, meses después, con la salida del Gobierno de Nadia Calviño y el ascenso a vicepresidenta primera de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, asumió las de Función Pública.

Desde un primer momento se interpretó como un paréntesis, un paso por la reserva, antes de coger galones más importantes, como convertirse ahora en gobernador.

Una trayectoria brillante

Escrivá tiene una brillante trayectoria profesional. Licenciado en Económicas por la Complutense con premio extraordinario, realizó estudios de posgrado en Análisis Económico en la UCM, y en Econometría en el Banco de España.

Comenzó a trabajar en el Servicio de Estudios del Banco de España, y continuó posteriormente en Europa, donde, desde 1993, participó en el proceso de integración monetaria como asesor del Instituto Monetario Europeo.

Entre 2004 y 2012 trabajó en el grupo BBVA, primero como Economista-Jefe y Director del Servicio de Estudios y, a partir de 2010, como Managing Director del Área de Finanzas Públicas. Nombrado Jefe de la División de Política Monetaria del Banco Central Europeo, en Frankfurt, entre 2012 y 2014 fue Director para América del Banco Internacional de Pagos de Basilea.

Nombrado en 2014 presidente de la Airef, desde 2015 a 2019 fue también presidente de la Red de Instituciones Fiscales Independientes de la UE.

Impaciente

Según fuentes próximas al Gobierno, a las que ha tenido acceso ECD, José Luis Escrivá se mostró hace un año impaciente por dejar las responsabilidades que ostentaba, que además ejercía de forma limitada puesto que se encontraba en funciones, y tenía cierta prisa por clarificar su futuro fuera del Gobierno.

Por ese motivo, preguntó en más de una ocasión a Pedro Sánchez hasta cuándo tendría que mantenerse en el cargo. Lo mismo hicieron otros ministros.

Una fecha para la investidura

Para que se hicieran una idea del calendario que les esperaba, el presidente del Gobierno les comunicó cuándo se sometería a la investidura, una vez fracasase el intento de Núñez Feijóo. Se celebraría en la tercera semana de octubre, cuando finalmente no tuvo lugar hasta el 16 de noviembre.

Les anticipó una fecha, a pesar de que teóricamente la decisión correspondía a la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, y ser aprobado y anunciado por ella.

El paso de Escrivá por el Gobierno no ha estado exento de problemas y de controversias, también por la propia personalidad del ministro, aficionado a ir por libre, pero también a realizar declaraciones improvisadas, que ha tenido que corregir y rectificar en más de una ocasión.

Fuente