España ha sufrido este verano una oleada de robos de Rolex falsos. La proliferación de relojes de lujo de imitación demuestra una caída alarmante en la calidad del turismo, en especial en lugares de exhibición como los puertos deportivos. Los ladrones profesionales de estas piezas de alta gama denunciarán ante los tribunales a los turistas fraudulentos para lograr una indemnización por sus esfuerzos.