Del 1 de enero al 23 de junio, España ha confirmado un total de 131 casos de sarampión. Las cifras aún están lejos de las registradas en Europa, pero en solo medio año el país ha contabilizado nueve veces más contagios que en todo 2023 (el año pasado hubo 13). Se trata también del número más alto desde 2014, teniendo en cuenta que los de este año son aún datos parciales. Sin caer en el alarmismo, los médicos hablan de un «gran aumento de casos». El sarampión es una de las infecciones (como la gripe, el virus respiratorio sincitial o la tosferina) que han reemergido con fuerza tras la pandemia del covid.
Es, además, una enfermedad altamente contagiosa, con elevadas tasas de hospitalización y que la OMS consideraba eliminada en España desde 2017 gracias a coberturas vacunales que superaban el 95%. Sin embargo, ahora (y esto es lo que preocupa a los pediatras, que miran de reojo el aumento desbocado de casos en Europa, especialmente en Rumanía), estas elevadas tasas empiezan a estar ya por debajo del 95%.
La tasa vacunal española empieza a bajar del 95%, porcentaje necesario para lograr la inmunidad de grupo
«Alarma no, alerta sí»
«No hay que alarmar, pero sí alertar. Esos 131 contagios ya son un cifra nueve veces superior a la de todo el año pasado», señala a El Periódico de Catalunya el pediatra Fernando Moraga-Llop, portavoz de la Asociación Española de Vacunología. La tasa media española de la primera dosis de la vacuna triple vírica (que protege contra el sarampión, la rubeola y la parotiditis) está en el 96,1% (en 2022 esta cobertura era del 97,2%), y hay cinco comunidades que se hallan por debajo del 95% (Aragón, Baleares, Canarias, Cataluña y la Comunitat Valenciana), según el Sistema de Información de Vacunaciones del Ministerio de Sanidad. En cuanto a la segunda dosis, la media española se encuentra en el 91,8%, dos puntos menos que en 2022. Y hasta ocho comunidades estuvieron por debajo de ese 91,8% (Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Extremadura, Madrid, Murcia y País Vasco). «Como el sarampión es extremadamente contagioso, requiere de un porcentaje de vacunación del 95% para que pueda contenerse», señala Moraga-Llop.
Preocupado por esta situación, Moraga-Llop ha publicado junto a la epidemióloga del Hospital Vall d’Hebron Magda Campins el editorial ‘Erradicación del sarampión: todavía un largo y difícil camino’ en la revista ‘Vacunas’. España, explica el pediatra, en comparación con Europa, ha tenido «tasas excelentes» de vacunación, pero en los últimos dos años hay una «discreta tendencia» a disminuir. España debe vigilar «la posible importación de casos procedentes de países donde hay una alta circulación del virus, el aumento de los viajes internacionales, la celebración de eventos multitudinarios (musicales, deportivos) y el hecho de que no haya una cobertura de vacunación con las dos dosis del 95% o más», dice el artículo.
Más vacunación
El año pasado Rumanía declaró la epidemia nacional por sarampión. El Reino Unido obliga a aislar en casa sin ir a la escuela a los menores de la ciudad no vacunados si han estado en contacto con algún enfermo.
Como recoge el artículo de Moraga-Llop y Campins, la inmunidad conferida por la vacuna del sarampión persiste al menos 20 años, pero se cree que dura toda la vida en la mayoría de las personas. Según diversos estudios, la efectividad protectora de la vacuna del sarampión oscila entre el 93% para la primera dosis y el 97% para la segunda.
Reticencia vacunal
Sin embargo, la reticencia vacunal, una de las 10 grandes amenazas para la salud pública que señaló la OMS en 2019, ha continuado muy presente en los países de altos y medios recursos que habían llegado a alcanzar altas coberturas de vacunación. «Las dudas y preocupaciones sobre el vínculo entre la vacuna triple vírica y el autismo, que se ha demostrado carente de evidencia científica, todavía perduran en algunos ámbitos», escriben estos doctores. «Esto sucede 26 años después del artículo de Wakefield publicado en ‘The Lancet’, que fue retirado por su falsedad. Un hecho preocupante», añaden.
La primera dosis de la vacuna del sarampión se pone a los 12 meses. La segunda, a los tres o cuatro años. «Algunos pediatras creemos que debería adelantarse y ponerse la segunda dosis después de la primera, cuando el niño tenga uno o dos años», defiende Moraga-Llop. ¿Por qué? «Porque a esa edad el niño es más vulnerable y es cuando más va al sistema sanitario», señala.
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