El asesino confeso de Lorena ha asegurado que estaba muy bebido y que es consumidor de metadona y de sustancias estupefacientes. No obstante, la magistrada del Juzgado de Violencia contra la Mujer nº 4 de Barcelona, ante la que ha comparecido este miércoles, no ha apreciado ninguna alteración que le impida conocer el alcance de los hechos, por lo que ha dictado contra él prisión comunicada y sin fianza por la muerte de la joven de Castellón.
Un cuchillo grande y afilado de cocina
Según el auto judicial los hechos discurrieron entre el 1 y 2 de septiembre. De la declaración del acusado se desprende que la mujer se hallaba sentada en un sillón del domicilio y el hombre, tras coger un cuchillo grande y afilado en la cocina, al ver a la señora sentada en el sofá se dirigió a ella y le asestó una puñalada en el costado izquierdo. Como quiera que el lugar de la puñalada y la sangre que salía le pareció que era una lesión muy fea, en palabras textuales del acusado, «muy mala», decidió asestarle 3 puñaladas más, una de ellas en el corazón y otras dos en un lugar no precisado, produciéndole la muerte.
Arroja el cuchillo
A continuación salió del domicilio, llevándose el cuchillo, que tiró en un lugar que no recuerda, pero cerca del domicilio, tapando el cadáver con una manta. Tras pasar por casa de su padre, cogió un tren y vino a Barcelona, donde se entregó a los funcionarios de Mossos d’Esquadra que encontró en la estación de Santsm diciéndoles que la había matado.
Una discusión previa y miedo a ser atacado
Según se desprende del documento, previamente, ambos habían salido a tomar algo y la mujer habría tenido una discusión con alguien y, ya en el domicilio, habrían mantenido un enfrentamiento en el que esta le había recriminado no haberle apoyado. El acusado alegó que había cogido el cuchillo para defenderse por miedo a ser atacado por unas personas.
Numerosas denuncias contra él
Lorena y el autor confeso habían sido pareja desde al menos 2020, pues el primer atestado policial se remonta al 18 de mayo del 2020, en Castelló. Después constan denuncias de octubre del 2020, también por delito de malos tratos; por delito de amenazas el 5 de febrero del 2021, un delito de quebrantamiento de condena el 23 de marzo del 2022 y el 8 de marzo del 2021 por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa. Sin embargo, en el momento de los hechos no tenía orden de protección vigente. Al parecer mantenían una relación intermitente aunque no convivían y aunque en agosto habían estado separados reiniciaron la relación el 28 de agosto del 2024.
Riesgo de fuga y de agresión
La jueza acuerda que, en vista de los antecedentes penales, la alta pena que pudiera corresponderle –25 años por asesinato o 10 por homicidio– el riesgo de fuga y otros como probabilidad de agresión a otras exparejas y en el ámbito familiar, opta por acordar su ingreso en prisión comunicada y sin fianza, si bien es cierto que podría serle aplicable la atenuante de confesión.
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