El Gran Premio de Aragón de MotoGP fue la clara imagen de la cara y la cruz de MotoGP. Si bien Marc Márquez representaba la felicidad en estado puro al reencontrarse con la victoria tras más de mil días sin ganar, Álex Márquez y Pecco Bagnaia vivían la cara oscura de este deporte, después de protagonizar una colisión durante las últimas vueltas de la prueba que les hizo acabar a ambos por los suelos. 

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