El Mundial de motociclismo cumple esta temporada 75 años y no es extraño que su ganador número 400 fuese, el pasado domingo, un español, concretamente el joven José Antonio Rueda, de 18 años, nacido en Los Palacios y Villafranca, Sevilla. Rueda es el piloto español nº 57 que consigue ganar un gran premio, una lista que encabeza el polifacético Salvador Cañellas, que fue el español que bautizó la lista, en 1968, al ganar en Montjuïc.
Rueda, no nos engañemos, tiene la historia que tienen todos los niños que corren en moto y acaban compitiendo y/o triunfando en el Mundial de las dos ruedas. Rueda tuvo su primera moto a los 4 años. Se la regaló su abuela. “Quítale esas ruedecitas, que Rossi no lleva ruedecitas en su moto”, le dijo a su padre, que fue el que, poco después, le compraría su primera moto de gasolina “porque esa corre mucho más que la eléctrica”.
El actual piloto de Moto3 del equipo de Aki Ajo, el finlandés que crea escuela, el jefe con el que Marc Márquez conquistó su primer título, venía empujando ya desde hace varios años, especialmente, desde que, en 2021, se convirtió en el único piloto que ha sido capaz de ganar, en un mismo año, la Red Bull Rookies Cup y el Mundial Júnior.
Niño prodigio
Rueda fue muy, muy, prudente e inteligente en Motorland. Escogió el neumático trasero más duro y dejó que los demás, especialmente el prodigio hispano colombiano David Alonso, se escapase con una rueda más blanda. Y, al final, fue Rueda quien sacó provecho de su estrategia y ganó a lo grande.
Tan a lo grande que lo primero que hizo fue dedicárselo al cielo “pues, seguro, ahí está mi amigo Hugo Millán, que falleció aquí, en Aragón, a los 14 años en una carrera de la European Talent Cup. Yo nunca lo olvidó, fuimos amigos de la infancia, en las motos y, ahora, seguro que me ayuda a seguir ganando carreras. ¡Va por ti, Hugo!”
Rueda, que también agradece a la Escuela Monlau todo lo que le apoyó hasta llegar al Mundial, reconoce que ha tenido este año mucha mala suerte, especialmente cuando se perdió varios grandes premios al sufrir un ataque de apendicitis en Austin (Texas, EEUU) y tener que ser operado de urgencia.
“Una cosa está clara y sé que lo suelen decir todos los pilotos y deportistas que acaban cumpliendo su sueño o su primer sueño que, en nuestro caso, no es solo llegar al Mundial, que también, sino ganar tu primer gran premio: si peleas, si luchas, si te sacrificas, si entrenas duro, si aceptas los consejos, los resultados acaban saliendo”, comentó Rueda tras su espectacular triunfo.
«He conseguido mi primera victoria en el circuito donde quería lograrla y lo he hecho porque aquí perdí a mi amigo Hugo Millán, que, seguro, me ha empujado a ganar allá donde esté. Por eso he pensando en él al cruzar la meta»
“Esto es muy difícil, todos los que están aquí quieren ganar. Aquí no te regalan nada y no solo tienes que tener una buena moto, sino que debes tener buen equipo, buenos consejeros y gente que te ayude”, siguió contando el piloto andaluz, que espera, como todos, que “esta victoria me sirva de punto de despegue para tratar de seguir ganando, aunque no es nada fácil”.
Rueda reconoce que desde el inicio del Mundial pensaba que Motorland podía ser el lugar ideal para conseguir ganar. “No pensaba que sería mi primera victoria, pero sí pensaba que era un circuito muy propicio para intentarlo, pues siempre se me ha dado bien, muy bien. Y, encima, tenía tantas, tantas, ganas de dedicarle una victoria a Hugo (Millán), que no podía ser en otro sitio que aquí, en Aragón, por eso esta victoria es, aunque suene a tópico, algo más que una victoria”.