Un ciclón arrasó la Arthur Ashe mediada la tarde en España. Emma Navarro, de nombre y apellidos españoles, aunque de pasaporte estadounidense, hizo claudicar a una Paula Badosa que amagó con la remontada en la segunda manga pero no aprovechó el 5-1 a favor y terminó claudicando. La española se queda a las puertas de las semifinales del US Open, el que hubiera sido el mejor resultado de su carrera en un Grand Slam

La catalana ha firmado una ferviente ascensión este verano. Ha pasado del puesto 139 del mundo a coquetear con el top-20, se ha reencontrado con su tenis y con la sensación de ganar. Su nombre resuena en la costa este de Estados Unidos. Hace poco más de dos semanas conquistó el WTA 500 de Washington, su primer título en dos años, alancazó las semifinales en Cincinnati y en Nueva York ha igualado su mejor cociente en un Grand Slam.

A un paso de las semifinales, tanda a la que no llega una española desde que lo hiciera Conchita Martínez en 1996. No fue el día de Paula. Sus 35 errores no forzados -siete dobles faltas incluidas, fueron una mochila demasiado cargada para ella. Se quedó sin poder repetir el triuinfo de hace unos meses, en Roma, ante la misma rival. Termina para Badosa una gira positiva de la que sale como virtual número 20 del ranking WTA.

Badosa y Navarro se retaban desde el túnel de la Arthur Ashe. «Tengo que dar un paso adelante antes que ella», había asegurado la española. «Tengo que dejar claro desde el primer minuto que vengo a por todas», replicaba la estadounidense, quien impuso su ley desde el principio.

El primer punto del partido, largo, se cerró con una dejada impecable a la que no llegó Paula. La tenista local, de físico imponente y tenis refinado, alcanza a resolver todos los problemas en forma de bola largas que le envía la española. Emma se mueve con solvencia a lo ancho de la pista y se defiende con autoridad desde el fondo para ejecutar con claridad después.

Resurrección frustrada

Badosa inició fuera de la versión mostrada en los últimos meses. Cometió una doble falta con la que entregó su servicio y desde ese momento su partido se fue ennegreciendo. Dejó escapar la primera manga en apenas media hora. Emma no fallaba desde el fondo de la pista y Paula se desesperaba al otro lado de la red. Se sacudió el dominio en la segunda manga. 

Llegó a ponerse 5-1 arriba y cuando todo el público de la Arthur Ashe se preparaba para el tercer set, el brazo de Badosa se agarrotó. «No puedo jugar», confesaba a su entrenador en el último punto. La española había pasado de arrasar a inmóvil ante los golpes de Navarro. Su tenis agresivo se hundió hasta fallar la mayoría de los golpes. De los 28 últimos puntos, la estadounidense se llevó 24. 

«Ha fallado todo, ha fallado todo. Es la primera vez que me pasa. Supongo que hay una primera vez para todo y ha llegado hoy desgraciadamente. No entiendo los motivos, necesito estudiarlo», confesaba Badosa, contrariada por la situación. Navarro le había levantado un 5-1 para cerrar el set 5-7 y llevarse el partido.

Paula se marchó entre lágrimas. De frustración por no encontrar explicación a lo ocurrido en ese momento. Deberá volver a recorrer el camino, aunque no desde el principio, únicamente desde donde lo ha dejado en la gira americana. 



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