Rafet había delatado a Yekta ante Bülent después de descubrir que el mafioso lo estaba buscando. Esto ponía en grave peligro al abogado, ya que se había estado riendo de su cliente todo este tiempo. Eso sí, por una buena causa: hacer justicia por la muerte del padre de Iclal.

Bülent ha citado a Yekta en un hotel y lo ha obligado a confesar por qué ha estado jugando con él. Acto seguido, ha ordenado a sus hombres que le propinasen una paliza y éstos lo han dejado en pésimas condiciones en mitad de la carretera.

Para sorpresa de todos, Rafet ha aparecido para rescatar a Yekta, quién parece estar muy feliz a pesar de haber recibido una brutal paliza. “Ha funcionado. Lo he grabado todo”, le explica el abogado a su socio muy orgulloso.

Yekta llevó un teléfono escondido a la cita porque sabía que Bülent cometería el error de confesar delante de él algunos de sus muchos crímenes.

Aunque no ha admitido el asesinato del padre de Iclal, las pruebas que ha recabado el abogado son suficientes para encerrarlo.

Iclal valora el esfuerzo que Yekta ha hecho por ella y, aunque todavía no puede perdonarlo, al menos ha dejado a un lado el rencor que sentía hacia él. ¿Acabarán haciéndose amigos?

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