El Gobierno británico ha anunciado este lunes la suspensión inmediata de 30 licencias de exportación de armas a Israel tras detectar un “riesgo claro” de que su uso vulnere la ley humanitaria internacional. Así lo ha confirmado el ministro de Exteriores, David Lammy, tras recibir los resultados de un informe encargado por el Ejecutivo laborista poco después de las elecciones generales. “Lamento informar hoy a la Cámara de que la evaluación que he recibido no me permite llegar a otra conclusión que la de que, en el caso de determinadas exportaciones de armas del Reino Unido a Israel, existe un riesgo claro de que puedan utilizarse para cometer o facilitar una violación grave del derecho internacional humanitario”, ha asegurado Lammy en la Cámara de los Comunes.
El número de licencias suspendidas supone cerca de un 10% de las 350 que actualmente están en vigor entre empresas de armamento británicas e Israel. Algo que, según ha aclarado el ministro, no supone un embargo de armas y no tendrá un “impacto material en la seguridad de Israel”, sino que sólo abarca “algunos artefactos que pueden ser utilizados en el conflicto actual”. El ministro ha asegurado que no hay información suficiente para determinar si ha habido una vulneración de la ley internacional pero ha insistido en que los ataques contra Gaza están provocando una “inmensa pérdida de vidas civiles, destrucción generalizada de infraestructuras civiles y un enorme sufrimiento”.
El Gobierno británico ha justificado la decisión por las dificultades que Israel está poniendo a la llegada de material médico y alimentos a la población civil en Gaza y por las “denuncias verosímiles de malos tratos a detenidos”. Parte del armamento afectado por la decisión incluye componentes para aeronaves militares, entre ellas aviones de combate, helicópteros y drones, así como equipos para atacar objetivos sobre el terreno. Una lista que estará en constante revisión. “Este Gobierno no es un tribunal internacional. No hemos arbitrado -ni podríamos hacerlo- sobre si Israel ha infringido o no el derecho internacional humanitario. Se trata de una evaluación prospectiva, no de una determinación de inocencia o culpabilidad”, ha asegurado Lammy.
Presión interna
La presión sobre el Gobierno laborista para suspender la exportación de armas a Israel ha ido en aumento desde la victoria de Keir Starmer en las elecciones generales. El apoyo al Gobierno de Benjamin Netanyahu ha sido un asunto espinoso en el partido, que cuenta con un sector muy crítico con los bombardeos sobre la Franja. Algunos miembros de la formación han exigido una prohibición total a la exportación de armas a Israel, algo que Starmer ha evitado por ahora, aunque confía en que la decisión de este lunes sirva para calmar las aguas de cara a la conferencia anual del partido, prevista para finales de septiembre.
A pesar de que el volumen de armas procedentes del Reino Unido supone una porción muy pequeña del total de importaciones de Israel –la mayoría de ellas de Estados Unidos y Alemania–, la decisión del Gobierno británico supone un distanciamiento de la postura adoptada hasta ahora, alineada con la de la administración de Joe Biden. Esta es la primera vez que Londres anuncia la suspensión de licencias de exportación de armas a Israel desde que comenzó la invasión de Gaza hace casi un año. Una decisión que, sin embargo, ya habían tomado en anteriores ocasiones otros primeros ministros británicos, entre ellos Margaret Thatcher, en 1982, y Gordon Brown, en 2009.