La incidencia de las lluvias en París ha vuelto a ser la causante del aplazamiento, ayer, de la prueba del triatlón en los Juegos Paralímpicos, una situación que a pesar de suceder hace unas semanas durante los Juegos Olímpicos, parece que no sirvió para que la organización adoptase medidas de prevención ante el protagonismo no deseado del Sena en la cita olímpica en la capital gala. El triatleta paralímpico lanzaroteño, Lionel Morales, es uno de los afectados por una situación que afecta gravemente a todos los participantes en la prueba en la que nadar en las contaminadas aguas del Sena es una de las tres pruebas de las que se compone su disciplina, junto a la carrera a pie y en bicicleta, no descartándose la opción de que se reduzca la prueba a un duatlón, posibilidad que ya se barajó en su momento en los Juegos Olímpicos. En aquella ocasión, a pesar de no poder entrenar en el río, sí que se disputaron todas las pruebas previstas, dando lugar a situaciones dantescas entre los participantes, muchos de los cuales sufrieron vómitos y mareos por la mala calidad del agua.
Desde París nos relata en primera persona la situación que están viviendo el propio Morales: «Estamos a la espera del correo que nos confirme la decisión del Comité Organizador, muchos de nosotros estamos haciendo apuestas sobre que es lo que va a pasar, porque no parece que vayan a mejorar las condiciones del agua en las próximas 24 horas, con el agua no suele mejorar la presencia de la escherichia coli». «Es un trastorno para nosotros, porque nos trastoca todos los entrenamientos y los descansos, al estar con la incertidumbre de saber que es lo que pasa», reconoció el atleta isleño, quien no espera noticias hasta las tres de la madrugada aproximadamente, antes de levantarse para desayunar y «coger la primera guagua sobre las 6.45 hacia la zona de competición, que llega sobre las 7.30 y yo compito sobre las 8.30».
Lionel tiene claro que lo mejor será aplazar la prueba directamente hasta mañana, pero solo pueden esperar.
Si bien la gloria olímpica deberá de esperar la resolución del Comité de Organización, la cita parisina será para siempre inolvidable para él tras su mediática pedida de mano a su novia, Jessica Sartori, en plena Villa Olímpica y que ante la emoción del momento recuerda que «tuve que repetir las palabras cuando le pedí la mano varias veces, porque no se lo esperaba». Afortunadamente la sorpresa surtió el efecto deseado: «Estaba muy emocionada e ilusionada y ahora nos queda poner la fecha, porque todavía no hemos tenido tiempo al estar yo aquí concentrado», recuerda emocionado el lanzaroteño que ya cuenta con un motivo para celebrar, pase lo que pase.