Los especialistas en neurología señalan que el ictus es la primera causa de discapacidad, la segunda causa de muerte y la segunda causa deterioro cognitivo en la población adulta.
Según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) en España unas 110.000 personas sufren un ictus cada año, de los cuales al menos un 15% fallecen y, entre los supervivientes, en torno a un 30% queda en situación de dependencia funcional.
El ictus está provocado porque la circulación de la sangre que llega al cerebro se interrumpe, bien debido a una rotura, bien al taponamiento de un vaso sanguíneo.
Y si la sangre no llega al cerebro durante varios minutos, las células nerviosas de la zona afectada mueren.
La velocidad de reacción en un ictus es fundamental
Por eso, identificar con premura que alguien está sufriendo un ictus se convierte en algo vital. Pero, para poder actuar rápido, el primer paso es identificar el problema. Y esto no siempre es fácil.
El doctor Xabier Urra, neurólogo del Hospital Clínic, destaca que:
- «El cerebro es un órgano complejo y diferentes zonas controlan diferentes funciones. Por tanto, un ictus puede presentarse de forma brusca y afectar a funciones muy diferentes del cerebro”.
Y aquí radica las dificultades de reconocer que alguien está sufriendo un ictus, lo que puede retrasar la intervención médica, con las consecuencias que esto puede tener.
Estas tres comprobaciones pueden salvar una vida
Aun así, el doctor Urra recomienda a cualquiera que se encuentre con alguien que podría tener un ictus realizar tres comprobaciones básicas.
1- Pedir a la persona que sonría
Lo primero que debemos hacer es pedir al paciente que sonría o haga una mueca. De esta forma, podremos comprobar “si esa sonrisa es simétrica o no. Es decir, si consigue mover los dos lados de la cara”, aclara el neurólogo del Clínic. En caso de que la persona afectada solo consiga mover uno de los lados, esto debería hacernos sospechar de un posible ictus.
2 – Pedir que levante los brazos
La segunda manera de comprobar si una persona está sufriendo un ictus es pedirle que levante los brazos. Si no es capaz de levantar uno de los dos, podemos sospechar de un ictus.
3 – Pedirle que hable
Por último, es importante pedirle a la persona que hable. Una vez lo haga, en lo que el doctor Urra recomienda fijarse en:“si ese habla está mal articulada, no consigue hablar o dice palabras sin sentido.”
Si tenemos claras estas tres comprobaciones ganamos mucho tiempo.
- Así que, si al comprobar la situación se produce “un fallo en cualquiera de estas funciones, lo recomendable sería llamar directamente a una ambulancia, llamar al 112”.
Además, conocer estas recomendaciones básicas permite que, a la hora de llamar a emergencias, podamos alertar ya al equipo que llegue con la ambulancia.
- “De esta forma se puede conseguir, incluso, que el personal del hospital esté esperando en la puerta a la llegada del paciente con esa sospecha de padecer un ictus”, concluye el doctor Urra.
Dado que el tiempo es un factor crucial en el tratamiento del ictus, estos conocimientos nos pueden ayudar a prevenir secuelas más graves en caso de vivir está situación de emergencia.