La activista rusa Zhanna Nemtsova ha revelado que el periodista vasco Pablo González, entregado a Moscú en el reciente intercambio de prisioneros con Occidente, le espiaba al seguir sus pasos, asistía a eventos de su círculo y grababa entrevistas. Nemtsova es hija de Boris Nemtsov, un acérrimo opositor de Vladímir Putin, que fue asesinado en 2015 cerca del Kremlin.
Tras la entrega de González a Moscú, Nemtsova -que tras la muerte de su padre decidió emigrar a Europa por seguridad- ha declarado a la BBC cuándo conoció al periodista hispano-ruso y cómo empezó a sospechar que él pudiera trabajar para el espionaje del Kremlin. A principios de agosto, González fue sacado de una prisión polaca y trasladado a Moscú en un avión en el que viajaban agentes rusos encubiertos, piratas informáticos y un sicario del servicio de la inteligencia del FSB.
«Tuve mis primeras sospechas en 2019. Simplemente me di cuenta», contó Nemtsova en la primera entrevista que concede sobre González, que llevaba preso en Polonia desde 2022. Los dos se conocieron en 2016 en un evento sobre la investigación del asesinato de su padre. Ese año en Estrasburgo (Francia), Pablo González le pidió a Nemtsova una entrevista para un diario vasco.
La activista dijo que en un principio se negó, pero el periodista, cuyo abuelo fue llevado a la antigua Unión Soviética durante la Guerra Civil española, se convirtió en miembro fijo de su círculo: asistía a eventos, grababa entrevistas y se relacionaba con la gente. Nemtsova contó que se volvió cautelosa sobre la presencia de González y que tenía sospechas.
Sospechas
«Compartí mis sospechas con un par de personas y me dijeron: ‘¡No, esto es una tontería!’ La gente te considera loca si mencionas algunas cosas. Pueden pensar que eres paranoica. Pero yo tenía toda la razón», dijo la activista rusa. «Quiero que otras personas tengan mucho cuidado. La amenaza no es algo que se pueda leer en los libros o ver en las películas. Está muy cerca«, agregó.
El año pasado, Nemtsova recibió pruebas de la actividad de González como parte de la investigación criminal. «No tengo ninguna duda de que era un espía. Estoy segura al 100 %», dijo a la BBC. Un acuerdo de confidencialidad prohíbe a Nemtsova compartir detalles de las pruebas.
«Da miedo. No deberíamos restarle importancia. Esta gente no tiene escrúpulos morales. Te consideran su enemigo», advierte, refiriéndose a los agentes de inteligencia rusos. Al referirse a la personalidad de González, Nemtsova explicó a la BBC que podía ser «muy encantador» pues sabía «cómo comunicarse con la gente, hacer que se sienta a gusto«.
González fue acusado formalmente de espionaje una semana después de salir de Polonia para ser llevado a Moscú como parte del intercambio de prisioneros a principios de agosto. Hasta entonces, había pasado más de dos años encerrado, esperando el juicio.
Cuando el grupo de espías rusos llegó a Moscú, González fue recibido por una guardia militar, con alfombra roja y el mismo presidente del país, Vladímir Putin, que les agradeció su leal servicio al país. Un vídeo de su llegada a Moscú muestra a González sonriendo mientras estrecha la mano de Putin al pie de la escalerilla del avión. El periodista tenía barba, la cabeza rapada y llevaba una camiseta de La Guerra de las Galaxias que decía «Tu imperio te necesita