Por mucho que no sea el mejor Mundial de Ferrari, correr en casa siempre desencadena algo especial. La prueba de ello es lo que sucedió este fin de semana en Monza, donde Charles Leclerc se llevó la victoria y Carlos Sainz soñó hasta los últimos giros con subirse al podio. [Así vivimos el Gran Premio de Monza]

Pese a que Norris partía desde la pole, la mala estrategia de McLaren condenó a sus pilotos y favoreció el triunfo de un Leclerc que pudo disfrutar en las últimas vueltas como consecuencia de su cómoda renta.

Piastri y Norris coparon las otras dos plazas del podio, es cierto, pero lo que podía haber sido un gran resultado para ellos dejó un regusto agridulce porque seguramente con otra planificación el resultado podría haber sido aún mejor.

Sainz estuvo cerca de asaltar el podio partiendo desde la quinta plaza. En las últimas vueltas llegó a rodar segundo, por detrás de Leclerc, pero Piastri y Norris tenía mucho más ritmo así que le pasaron como aviones para relegarle a la cuarta posición.

Fernando Alonso, por su parte, no pudo obrar ningún milagro y tuvo que conformarse con la undécima plaza. Otro día complicado para el asturiano, que siempre estuvo lejos de los mejores y sigue vagando en tierra de nadie durante esta temporada. 

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