La plaza 3 de Marzo es uno de los grandes escenarios en los que se encuentran los amantes del motor en Alcañiz. Justo en el medio, el bar La Estación sirve como avituallamiento para todos ellos. Casi sin tiempo para atender a EL PERIÓDICO, Israel Ferrando reconoce que le ha sorprendido el gentío que se está dando cita este fin de semana en Alcañiz. «Es difícil comparar, pero seguro que desde antes del coronavirus no se veía algo así», avanza.
Barril tras barril, la cerveza es el producto estrella de su negocio. «Calculo que vamos a gastar alrededor de 25 barriles. Eso sin contar los botellines y otro tipo de bebidas. Después de una caña sirves otra. Esto es un no parar constantemente», afirma el hostelero, que explica que para dar el mejor servicio en su negocio ha preparado un equipo de «entre diez y doce trabajadores».
Ferrando regenta el bar La Estación desde que comenzó, en 2010, el Mundial de motociclismo a hacer parada en Alcañiz. «Yo noto que cada año va a más y se organizan mejor las cosas», reflexiona el empresario, que apunta que «las cosas se están haciendo bien desde arriba».
Para su negocio, este fin de semana supone una «inyección muy importante de dinero», aunque no se atreve a cuantificarlo en un porcentaje respecto al total del curso. «Es mucho decir que te arregla el año, pero por lo menos sí hace que sea menos duro el invierno. Sin duda ayuda a gestionar los gastos, que esos llegan todos los meses», valora.
Camas
Con más tranquilidad que otra cosa vive el Gran Premio de Aragón del Mundial de motociclismo Ricardo Gil, gerente del Hostal Épsilon de Alcañiz. ¿El motivo? Porque su establecimiento tiene colgado el cartel de ‘completo’ año tras año. «Tenemos una suerte y es que nosotros trabajamos con clientes directamente ligados a las motos», explica Gil. Al empresario le interesa más ese perfil de huéspedes porque «pueden llegarse a quedar entre nueve y once días y no solo los dos que se alojan los visitantes», relata. No obstante, Gil reconoce que durante las semanas previas no deja de recibir llamadas de posibles clientes que quieren alojarse en su hostal. «Es una pasada. Si tuviera una capacidad diez veces mayor, llenaría todas las camas sin problemas», asegura Gil, que en su negocio puede dar cabida hasta a 60 personas. «Pero no solo yo, no es una cosa mía. A mis compañeros les ocurre lo mismo. No hay más que ver hasta dónde se tiene que ir la gente a dormir para luego volver a ver las carreras», asegura.
Y eso a pesar de que, sin atisbo de duda, «la noche del sábado al domingo de este fin de semana es la noche más cara del año», afirma de manera rotunda Gil, que señala que el precio puede llegar a triplicarse «como mínimo» con respecto a un día normal. El responsable del Hostal Épsilon, que también es cafetería y restaurante, subraya el valor que tiene el circuito de Motorland para la comarca durante todo el año. «Esto es solo la punta del iceberg. A nosotros nos da trabajo más de 200 días al año», defiende un Gil que quiere resaltar la gran labor de las instituciones.
Este año es un punto de inflexión. Alcañiz y Motorland han vuelto a ser lo que eran». Esa es la reflexión de Isabel Esteban, gerente de la Asociación de Empresarios Turísticos de Teruel, que destaca el «buen ambiente» que se vive estos días tanto en la localidad como en toda la comarca del Bajo Aragón. «Cada vez va calando más en toda la sociedad. Este fenómeno es algo único, algo propio y que se siente como algo de todos y que entre todos tenemos que cuidar», valora la propia Esteban. Tan importante es la riqueza que deja la llegada del Mundial de Motociclismo a Alcañiz como la solidaridad y el altruismo que dejan también los aficionados del mundo del motor en el territorio. «Llevamos años ya colaborando con diferentes asociaciones benéficas. Este año la recaudación va para la asociación Las Cañas, que tiene como objetivo potenciar la formación laboral de los jóvenes y facilitar el acceso al mundo laboral a personas con discapacidad intelectual», recalca la representante empresarial.
Esa recaudación se obtiene gracias a la venta de productos de la tierra que hicieron las delicias de los miles de visitantes que pasaron ayer por la plaza de España de Alcañiz. «No te puedo decir la cuenta exacta porque esto está siendo una locura, pero ya son más de 20 jamones los que llevamos cortados», aseguraba Isabel Esteban, que agradecía la colaboración de todos los vecinos: «La ciudadanía se une para que todo salga bien en estos días tan especiales». La gerente no quiere imaginar un futuro de Alcañiz sin MotoGP: «Sería algo parecido a una catástrofe».