Resiliente es quizás la palabra mejor define a la planta Cenchrus setaceus, conocida popularmente como rabo de gato. Perenne, de porte herbáceo, y una capacidad innata de expansión, el rabo de gato lleva ochenta años fraguando una silenciosa pero rápida conquista de los ecosistemas canarios. A día de hoy, es casi imposible pensar en una zona verde en la que no destaquen las características flores blancas en forma de pompón. El rabo de gato se encuentra es un problema ya de las siete Islas y en tres (Tenerife, La Palma y Gran Canaria) se ha convertido en un verdadero problema para la biodiversidad de las islas. 

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