Borja Sánchez, sujetado por un rival del Tenerife, en un partido de la pasada temporada. | LNE

A una semana de cerrarse el mercado de fichajes, y ante los rumores crecientes sobre una posible salida, Borja Sánchez mantuvo tres reuniones con diferentes cargos del club y del equipo. Tres. Y en ninguna de ellas se le indicó que debía salir del Oviedo. “Lo vas a tener complicado para jugar”, fue lo más parecido a enseñarle la puerta de salida. Esa situación no era nueva para Borja, acostumbrado siempre a remar a contracorriente.

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